jueves, 12 de febrero de 2015

Las 10 cosas que le pido a un ebook



Hay quien dice que la publicación digital aún está en pañales en España. Aunque yo diría que esto ya no es cierto, tampoco hemos conseguido todavía que deje de chuparse el dedo ni de hacerse pipí en la cama. Parece haber una creencia generalizada de que el ebook no es más que un archivo, una fuente de texto que no necesita de las mismas exigencias que un libro físico. Los resultados de esta perspectiva pueden ser desastrosos. Este desastre tiende a llevar, una y otra vez, al debate sobre la autoedición y, cómo no, a la pregunta de siempre:

¿Son peores los e-books autoeditados que los ofrecidos por editoriales “tradicionales”?
La respuesta es complicada, sí. Al igual que ocurre con la autopublicación en formato físico, la autoedición digital no es mejor ni peor que la edición tradicional, al menos en principio. Pero si pusiéramos el ebook autoeditado y el libro digital “tradicional” en una balanza, los resultados podrían inclinarse más hacia un lado, debido a varios factores.

No es solo el contenido
No se trata solo del filtro de calidad (de contenido y forma) que se espera de una editorial tradicional. Muchas editoriales tradicionales trabajan con imprentas digitales que se ocupan de hacerles la transformación de un libro de papel a e-book. Si el libro en papel ya estaba bien maquetado y preparado para preimpresión, en un formato de archivo óptimo, hay más posibilidades de que el e-book también tenga buen aspecto. Es diferente, claro, cuando una editorial tradicional saca directamente el e-book, sin pasar por el papel. Si no está dispuesta a invertir en los intermediarios necesarios, el resultado puede ser francamente malo.
Aun así, hay editoriales que se conciben como digitales desde un principio, editoriales dispuestas a invertir en diseño. Y, por otro lado, hay muchísimos autoeditados que saben muy bien lo que se hacen.

En resumen: los libros digitales autoeditados y los libros digitales realizados por editoriales “normales” no tienen por qué competir en calidad. Eso sí: por diferencias de presupuesto y de filtro, los segundos tienden a ofrecer, en conjunto, un aspecto más aceptable. Lo cual hace que nos preguntemos, clamando al cielo…

¿Qué podemos hacer al respecto?
El autor autoeditado no suele disponer de fondos para pagar a los profesionales que suelen verse involucrados en el proceso de edición tradicional, pero hay muchas editoriales que tampoco parecen por la labor de cuidar el aspecto y contenido de sus libros.

Todos los meses sorteo libros digitales en mi lista de correo, donde intento favorecer y promocionar libros escritos por hispanohablantes. Dedico bastante tiempo a husmear entre libros digitales, tanto en páginas propias de editoriales como en plataformas de venta. La oferta es, como os podéis imaginar, muy variada. No puedo ni empezar a contar la cantidad de e-books que tengo que dejar de lado por las razones que os enumeraré a continuación. Cuando no puedes permitirte el lujo de darle más de cinco minutos a cada libro, desarrollas bastante rápido unos criterios veloces de eliminación.

Nadie se salva y fallos se cuelan siempre. Yo también creo y corrijo e-books, y meto (y meteré) la pata, como todo el mundo. Pero por ahora me limitaré a contaros lo gordo: lo que hace que yo, como consumidora, huya corriendo de un libro electrónico si no presenta estas propiedades, sea autoeditado, publicado por una gran editorial o producido por ositos polares en una fábrica nevada que ha caído en un agujero transdimensional en el Polo Norte (aunque creo que le pondría menos pegas a ese último). Estoy segura de que me habré dejado cosas importantes fuera, y de que vosotros tendréis, por vuestro lado, vuestras propias exigencias particulares. Para eso está la sección de comentarios: para que las compartáis y opinéis al respecto.

Y ahí va. Todo aquello que podemos hacer para que nuestro libro no eche atrás de un solo vistazo a un lector en potencia:

  1. Un avance gratuito bien señalizado: Esta no es ninguna tontería. ¿Para qué me voy a molestar en mirar siquiera libros que no sé cómo estarán escritos? Un avance me dará enseguida la información que necesito, me dará a entender si el libro será de mi gusto o no. Con apenas unas páginas, tu lector sabrá si tu libro le interesa. Además, te evitarás el riesgo de malas reseñas y comentarios de lectores que simplemente, no son aficionados a tu estilo, género o temática.Eso sí, ten mucho cuidado con los avances, no digas simplemente: “Hala, voy a ofrecer las diez primeras páginas”. Si tu libro tiene una introducción, un prólogo, una página de créditos y etc., es posible que el lector llegue al final del avance sin haber leído una sola página del libro en sí.

  2. Una sinopsis que no dé vergüenza ajena: En el fondo no sé si debo dar este consejo, porque una mala sinopsis me sirve para descartar un libro sin tener que descargarme siquiera el avance, ¡así que igual estoy jugando en mi contra! Pero pensad que si vuestra sinopsis no da toda la información que el lector necesita, si no es emocionante para enganchar al lector, si está mal redactada y llena de faltas de ortografía y erratas, la impresión no es muy buena.


    Intenta huir de sinopsis tipo y de todo aquello que se ha dicho mil veces: “Una obra que no dejará indiferente al lector”, “una aventura única al corazón de blablabla”, “un secreto que protegerán con su propia vida”, “lo que nunca pudieron imaginar es que blablabla”, “pasión y oscuridad se unen en un torbellino de blablabla”. Necesitas algo que venda el libro, lo que algunos llaman el elevator pitch. Imagina que coincides en un ascensor con Steven Spielberg y tienes que contarle de qué va tu libro en el tiempo que tardáis en llegar a su planta. Ya te puedes dar prisa.

  3. Una maquetación con una calidad mínima: Tal vez esto ya sea una manía mía, pero he dejado de leer algunos libros porque no tenían sangrado de ningún tipo. Nada que separase un párrafo de otro, que marcase un diálogo… nada. Todo recto a la izquierda. Y ese es solo un ejemplo de los problemas que pueden hacer que un texto sea difícil e incómodo de leer.
    Debido a las dificultades de formato y a las conversiones a distintos tipos de archivo, en el e-book pueden admitirse pequeños problemas que en un libro físico se verían mal, como por ejemplo las viudas y huérfanas. Pero de ahí a que se peguen todos los párrafos juntos, que saques tu libro en Comic Sans o que uses guiones cortos en vez de rayas en todos los diálogos hay un trecho. Aunque esto último lo haya hecho yo en algún momento (ejem), no es excusa para que lo hagas tú también.
    Entiendo que no puedas permitirte a un maquetador profesional (y recuerda que necesitarías a un profesional especializado en digital), pero sí que puedes procurar darle una forma agradable y fluida a tu texto. Huye de esos errores que hemos cometido todos y aprende algunas pautas básicas de maquetación. Lo cual nos lleva a...

  4. Una revisión ortográfica: Leí por ahí que lo que caracteriza a un buen libro (o por lo menos a un libro de éxito) es que entramos enseguida en un estado de eso que los angloparlantes llaman flow, por el que olvidamos que estamos leyendo (los personajes se convierten en personas reales, los entornos se vuelven visuales, los diálogos suenan en nuestras cabezas). ¿Cómo podemos mantener esa sensación en el lector si esa realidad imaginaria se ve constantemente interrumpida por erratas y faltas de ortografía?
    Lo mismo: si eres autoeditado, tal vez no puedas permitirte un corrector, pero como escritor deberías tener un mínimo conocimiento ortográfico y gramatical. Y este problema no es exclusivo de los autopublicados: da miedo cuántas editoriales están prescindiendo ahora de la figura del corrector de confianza (o incluso del corrector a secas). Por supuesto que se te ban ha heskapar heratasy faltaz (además, nos cuesta más encontrar fallos en nuestros propios textos), pero procura reducirlas al mínimo. Pásale tu texto a alguien de confianza antes de publicar tu obra y verás cuántas erratas encuentra.

  5. Una portada que no esté hecha con Paint: Cuando empecé a darle forma al e-book en el que estoy trabajando ahora estuve muy tentada de usar una portada hecha por mí. Lo mío no era Paint, era Photoshop, ¡lo juro!
    El problema es que somos muy malos juzgando lo que hacemos nosotros mismos. Yo, que generalmente expreso opiniones sobre portadas ajenas con una facilidad casi ofensiva (¡lo siento!), no soy capaz de deciros si esa portada mía estaba bien o estaba mal. Así que me busqué un servicio de portadas prediseñadas y compré una. Que sigue pudiendo ser fea (¡y yo qué sabré!), pero por lo menos tiene un aspecto algo profesional. Otro consejo: si no eres diseñador, huye de lo raro y original y quédate con lo seguro, con lo que funciona. Estudia otros libros de tu sector y encuentra las semejanzas. Por cierto, en mi búsqueda de portadas prediseñadas, de la que ya os hablaré más adelante, di con algunas webs de una calidad… discutible. Aquí tenéis una si queréis reíros un rato (algunas de las que ofrece la web están aceptables, pero os enlazo a las más llamativas.  No tengo muy claro si son cubiertas de libros o láminas del Ojo mágico).Y luego solo hay que darse una vuelta por webs como Lousy Book Covers.

  6. Un precio razonable: Este es un tema muy discutido en el entorno de la publicación digital. Algunos compradores están convencidos de que pagar más de un euro por un libro electrónico es un robo a mano armada. Creen que el ebook no tiene valor al no tener una presencia física; esto es ridículo. El trabajo de un autor sigue ahí, y muchos lectores no son conscientes de que sigue habiendo intermediarios que se llevan una parte de cada venta. Pero tampoco tiene sentido cobrar un libro digital a un par de euros menos que su equivalente en papel. 2,99 dólares se ha convertido en un precio muy común en el entorno Amazon, debido a que 2,65$ es el límite por el que la web pasa de pagarle un 35% del PVP a un 70% al autor, una diferencia notable, y ese tipo de precio se está extendiendo también a otras plataformas. Como consumidora, normalmente estoy satisfecha si el libro digital cuesta un poco menos que la mitad de su equivalente en papel. También son interesantes otras variantes de precio, como mi favorito: el pago dinámico, que ofrecen webs como Humble Bundle, Smashwords o, aquí mismo, LEKTU. Cada autor tiene una estrategia distinta, y tácticas de precio diferentes. Puede compensar poner a un euro un cuento o una novela corta para promocionar otras obras más caras. Pero si solo tienes una novela a la venta y esa vale un euro, también es posible que el consumidor lo estime a la baja, como si ese precio fuera representativo de su contenido. Ya acabaron los tiempos en los que poner un libro a 0,99 € te aseguraba un buen montón de ventas.
  7. Que no tenga DRM: Hablar de la piratería exigiría otro artículo aparte (¡y cuán largo sería!), y como autora soy la primera a la que le duele en el corazoncito cuando doy con los que se ríen de los “pringaos que pagan por un libro”. Haberlos haylos. En mi círculo de amistades tenemos el dicho de que no eres nadie hasta que no te piratean. Magro consuelo, claro: ver tus horas y horas y horas de trabajo ahí enlazadas de forma gratuita no es agradable. Pero eso no significa que los compradores tengan que pagar el precio del pirateo, del mismo modo que no tiene sentido poner un anuncio antipiratería al principio de un DVD. ¿Por qué castigas al consumidor (¡al que ha pagado!), poniéndole una medida de seguridad que ni siquiera sirve para proteger al producto?Ya tenemos bastantes conflictos y peleas con el tema de los derechos de autor. El DRM solo sirve para cabrear al que paga. 



Tres puntos más: Útiles, pero no indispensables

Y ahora os dejo mis tres últimos requisitos, algunas características que, si bien no son fundamentales, para mí son de mucho agradecer:

  1. Un índice vinculadoEso es. Un índice clarito al principio de los libros donde podamos pinchar y acceder a los distintos capítulos o secciones de la obra. O cualquier función equivalente.
  1. Algún medio de contacto con editorial y/autor, y otros datos sobre la obra: Como siempre ando buscando libros para leer y sortear, se agradece mucho algún enlace a webs o emails donde poder contactar con el autor y/o la editorial. Todos los demás extras (artículos o reseñas sobre la obra, comentarios del autor, datos sobre otras obras de la editorial o del escritor) son un gran plus a su favor.

  2. Un contenido realmente excepcional: Por pedir que no quede, ¿verdad?
Y vosotros, ¿qué le pedís a un libro electrónico?