lunes, 5 de diciembre de 2016

Podcast: rebelión en la radio




Hace apenas unos días que el AIMC (Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación), que se encarga del conocido Estudio General de Medios (EGM), ha anunciado que incorporará preguntas específicas sobre el consumo de podcast en su cuestionario de 2017. Es una decisión pionera a nivel internacional que nos lleva a dos conclusiones: una es que en España cada día se escuchan más audios a la carta y otra es que los grandes medios de comunicación han apostado por este formato de radiodifusión y les interesa que se mida su audiencia. Inevitablemente quedarán fuera del control del EGM una gran cantidad de podcast que no pertenecen a ninguna cadena asociada. 

Pero, ¿qué es un podcast? Es un archivo multimedia (principalmente audio y vídeo) que se puede descargar y oír en un ordenador o en un reproductor MP3. Los archivos se distribuyen mediante un archivo RSS, por lo que permite subscribirse y utilizar un programa para descargarlo y escucharlo cuando el usuario quiera. Suelen tratar una temática en particular de manera periódica y hoy en día accedemos a ellos desde aplicaciones móvil o web.

Los primeros podcast surgieron para cubrir unas necesidades que ni la radio ni la televisión estaban atendiendo. Representan una opción de ocio alternativa a la radio convencional y se utilizan también con otros usos como el divulgativo o el educativo. 

Existen en nuestro país más de 60 emisoras convencionales que nos permiten descargar podcast de programas ya emitidos, pero, en muchos casos, los creadores de estos archivos lo hacen de manera independiente y sus contenidos no se han emitido anteriormente.

El término “podcast” se formó al unir las palabras iPod y broadcasting. El iPod es el conocido reproductor de audio digital portátil que lanzó Apple en 2001. La voz inglesa broadcasting quiere decir radiodifusión. Ben Hammersley, un periodista de The Guardian, utilizó el término por primera vez a principios del año 2004. Ese mismo año, un famoso videojockey de la MTV, Adam Curry, utilizó la especificación RSS para poder añadir archivos al mismo. Así nació el podcast. Y, desde entonces, a los creadores de ese contenido se les conoce como podcasters.

En lo que a la historia del podcast en nuestro país se refiere, ya en el 2004 aparece el primer podcast. Comunicando nace de la mano de José Antonio Gelado, que llevaba un programa sobre tecnología en la Cadena Ser

Daniel Aragay inició en el mismo año su propio proyecto, y como curiosidad diremos que también tenía una sección en la Cadena Ser y la quería ampliar. Así nació Dime Tú.
En la fase inicial los temas que se trataban en los podcast casi siempre hablaban de tecnología y Daniel Aragay intentó acercar al mundo del podcast muchos temas “no frikis” haciendo programas de viajes, humor, sobre Eurovisión, etc. También fue impulsor, junto a Sebas Oliva, de la Asociación Podcast.

Muchos de los pioneros del podcast en España estaban en los primeros puestos de iTunes hasta que entraron las grandes cadenas, momento en el que inevitablemente comenzaron a bajar, aunque muchos han seguido con buenas posiciones en los rankings.

Otro caso reseñable es el de C.J. Navas, que comenzó a hacer podcast en 2006. Realiza desde hace muchos años Fuera de Series, y afirma que la gran revolución en el sector se ha producido gracias a los smartphones.

Entre los podcast dedicados a la divulgación se tocan diferentes temáticas como por ejemplo la Historia. Gregorio Urquía realiza HistoCast (sobre historia militar) y cuenta con unas 23.000 descargas semanales.

En España, además, se celebran unas Jornadas de Podcasting que ya acumulan once ediciones. Las JPOD16 se celebraron el pasado octubre y en las ponencias de este año trataron temas como el transmedia, el posicionamiento SEO o  la accesibilidad a los podcast.

La evolución del podcast nos muestra que se tiende a la mezcla de todo: audio, video, texto, etc.
Pero, a pesar de su auge, no podemos evitar preguntarnos: ¿es marginal el podcast? En las últimas jornadas de podcasting escuchamos que es un nicho y que tiene un público concreto. Sin embargo, es otra vía más de comunicación y lo que importa es el contenido. Su evolución nos muestra que se tiende a la mezcla de todo: audio, video, texto, etc.

Al albor de la cantidad de podcast que se empezaron a producir en España, y como ya ocurriera en otros países, nacieron los directorios, repositorios y difusores del formato podcast. Radiopodcastellano fue el primer directorio de podcasting en España. Se creó en 2009 y se ha consolidado como uno de los medios de difusión del podcasting en español.

Podkas intenta crear la mayor comunidad de podcasters independientes a los que ayudan procurando aumentar su audiencia.

Nos gustaría resaltar también el caso de El Extrarradio, que está formado por periodistas, creativos y profesionales del audiovisual que intentan hacer un periodismo más “de calle”, comprometido con la realidad social y utilizando el podcast como herramienta de combate.

En Lektu apostamos por este formato y contamos con podcast que tratan distintas temáticas como literatura, humor, cine o series
El “fenómeno podcast” no se detiene y existen ya en varios países las Podnight, que son reuniones de podcasters o personas interesadas en el tema que se reúnen para compartir inquietudes, aprender y mejorar las técnicas de grabación y edición y mantenerse al día.

En Lektu apostamos por este formato y contamos con podcast que tratan distintas temáticas como literatura, humor, cine o series. Día a día realizamos mejoras para poder incorporar a cuantos más podcasters, mejor. Os animamos a poneros en contacto con nosotros si realizáis uno.

Nos ha parecido interesante conocer de primera mano lo que piensan varios creadores de podcast que ofrecen sus programas en Lektu. Nos hablan con conocimiento de causa sobre la producción, la difusión, la supervivencia y la evolución de esta particular “rebelión en la radio”. Hemos preguntado a Los Danko (Sam Danko y El Pelos), que nos traen una visión alternativa y urbana del humor, y a los artífices de Neo Nostromo (Miquel Codony y Alexander Páez García), con su programa regular sobre literatura fantástica. Esperamos que disfrutéis de las entrevistas y, sobre todo, de sus podcast.


ENTREVISTA A LOS DANKO

1. ¿Qué es Los Danko?

Los Danko es la unión de dos personas con ámbitos y costumbres totalmente diferentes que, al juntarse ante los micrófonos, hacen que se produzcan muchas situaciones cómicas, ya sea por el desconocimiento de uno o por la sinceridad del otro. El "Pelos" de Ripollet encarna a la persona de la calle, forjada a base de los golpes y la picaresca que da la vida. Sam Danko, por el contrario, es el prototipo de hombre viajado y trajeado, con un punto de vista más superficial y teórico del día a día. Vamos, un perfecto caos que surge cuando ambas partes se intentan poner de acuerdo. En Los Danko cabe todo, desde la actualidad, pasando por las anécdotas de los propios oyentes (y comentadas a posteriori por nosotros), así como entrevistas a personalidades o "celebrities" que de vez en cuando se dejan ver por el estudio (obviamente vienen engañados o sin saber a qué se enfrentan cuando se sientan a nuestro lado...).

2. ¿Por qué en formato podcast? 

Empezamos a principios de 2008, y en aquel momento, en España el podcasting estaba en pañales en todos los sentidos. Los dos veníamos de experiencias similares en programas de humor radiofónicos y acabamos pensando que, para pagar tarde y mal, y teniendo las mismas inquietudes, pues ya nos lo hacemos y guisamos nosotros mismos. Y así fue como nos tiramos a la piscina. Empezamos con apenas un micrófono simplón compartido en medio de la mesa, sin una idea demasiado clara de cómo tirar esto para adelante, y fíjate, casi 10 años después, aquí seguimos, haciendo mil cosas más, pero sin dejar de ver crecer al bebé que nos nació en formato podcast y que sigue evolucionando con nosotros.

3. Por vuestra manera de enfocar la comedia, ¿encontráis más libertad en el podcast que en un programa tradicional en una emisora de radio?

Sin duda alguna, el podcast te permite hacer de banco de pruebas sin tener que poner tu puesto de trabajo a disposición de ese jefe de turno de esa emisora "X " que paga tus nóminas. Por experiencia propia y comparando podcast con radio, hemos llegado a estar en emisoras en las que lo primero que te daban al llegar era una lista de temas tabú y nombres propios que no podían salir por antena, ni para bien, ni mucho menos para mal. 
Un punto a favor que agradece el oyente es que es partícipe de tu programa, de ahí que se consigan auténticas comuniones entre los podcasters y sus oyentes.
Pero, a pesar de su auge, no podemos evitar preguntarnos: ¿es marginal el podcast? En las últimas jornadas de podcasting escuchamos que es un nicho y que tiene un público concreto. Sin embargo, es otra vía más de comunicación y lo que importa es el contenido. Su evolución nos muestra que se tiende a la mezcla de todo: audio, video, texto, etc.
La libertad que te permite el podcasting la marcas tú mismo. Obviamente hay líneas que por ética o simplemente por buen gusto no se pueden rebasar, pero esa misma libertad es la que te hace destacar sobre el resto y crear tu propio estilo. Además, otro punto a favor que agradece el oyente, es que es partícipe de tu programa, forma parte de él, de ahí que se consigan auténticas comuniones entre podcasters y sus oyentes, al menos para nosotros no son un número o un porcentaje del EGM, tienen nombre y apellido, y eso es lo más importante para el que te escucha.

4. ¿Se puede vivir del podcast en España?

Para nada, y es una de las grandes lacras que se sigue arrastrando aquí. Desde hace muchos años en los EE.UU., por poner un ejemplo, el podcasting está totalmente integrado como un medio de comunicación más, tan o más relevante que los generalistas. Las plataformas y compañías de podcasting americanas ayudan, promocionan y esponsorizan a sus mejores podcasters y programas, hasta el punto de poder hacer carrera y vivir de ello.  Aquí la cosa va para largo. Por supuesto que ya hay varias plataformas que concentran de manera eficiente los mejores podcasts de cada género, pero sigue habiendo un abismo difícil de sortear para el podcaster medio, tanto en promoción y apoyo, como en la nula separación entre los programas de radio profesionales que cortan y trocean sus emisiones (desperdigándolos por los mismos sitios que el resto de programas) y el resto de podcasts, que quedan totalmente bajo el radar de cualquier oyente casual que quiera buscar nuevos shows a que engancharse. 

5. ¿Cómo es la producción hasta llegar al mp3 final? ¿Es muy laborioso el montaje?

En nuestro caso es bastante largo y laborioso, no por el directo o la grabación del mismo (solemos grabar sin guión ni pautas escritas), sino por el montaje y la postproducción que le ponemos. Desde un principio mimamos excesivamente el audio, poniendo siempre efectos de sonido y ambientación según el tema o el discurso del momento. Aparte, me considero muy neurótico en todos los aspectos sonoros: que los volúmenes estén perfectos, las pausas, los tiempos, las sintonías... Vamos, que se nos van semanas entre que salimos del estudio con el audio en crudo y el momento en que finalmente llega al smartphone de nuestro oyente. Es un "guilty pleasure" que nos encanta, sobretodo en ese instante en el que oyes el corte final y te das cuenta que las horas y horas en vela montando todo ese cuadro de barras de colores, músicas y volúmenes, han valido la pena.

6. ¿El podcast, en general, según vuestra opinión, tiende a una convergencia o asimilación con YouTube? ¿Los podcasters serán los nuevos youtubers?

Yo no lo veo necesariamente convergente con Youtube. Te pongo un ejemplo rapidísimo: tenemos millones de descargas y hemos sido trending topic en Twitter siendo podcasters, la gente se sabe de carrerilla nuestras frases hechas y tenemos más "feedback" con el oyente que nunca, sin embargo, nos metemos con contenidos similares en Youtube y apenas pasamos de 200 visionados por video. ¿Dónde está el truco? Al revés pasa igual, youtbers que se meten en esto del podcasting se estrellan inmediatamente porque están en otro terreno de juego distinto al que están acostumbrados. Particularmente creo que hay mucha diferencia entre ambas plataformas: son como la radio y la televisión de las nuevas generaciones, y pocas veces el agua y el aceite llegan a mezclarse tan fácilmente.

Sobre si los podcasters pueden llegar a ser los nuevos youtubers, a colación de lo comentado anteriormente lo veo igual de difícil, la gente de la calle se sabe de carrerilla un puñado de youtubers, pero con suerte, podrán decirte un par de podcasters (uno posiblemente será algún locutor profesional, el cual su emisora te meterá la cápsula sonora en el smartphone, y el oyente lo creerá podcaster por error), así que en esas parece que vamos a estar por muchos años, por lo menos en España. Entre cola de león y cabeza de ratón, diría que el podcaster es el lomo del papagayo, que ni lo ubicas, ni lo entiendes. 
ENTREVISTA A NEO NOSTROMO

1. ¿Qué es Neo Nostromo?

Neo Nostromo es un podcast dedicado a la literatura fantástica en todas sus acepciones, que prima las reseñas y las entrevistas, creado y producido por Miquel Codony y Alexander Páez después de sus varias experiencias en el mundo de los podcast y los blogs. Queríamos un programa un poco distinto a otros que existen actualmente, que aportara información interesante, con programas frecuentes (cada 2 o 3 semanas), con una duración razonable (en torno a la media hora), a partir de una fórmula muy clara (programas regulares, con un editorial, dos reseñas y una selección de novedades; programas especiales, con entrevistas relacionadas con el programa previo). Creo que podríamos decir que queríamos que tuviera estructura de programa “profesional”, en la medida de lo posible y de nuestras posibilidades.

2. ¿Por qué en formato podcast? ¿Por qué no un fanzine en papel o en pdf?

Te da tiempo a escuchar el programa completo de camino al trabajo, o en el gimnasio.
Los dos tenemos experiencias previas (algunas de ellas activas en la actualidad) participando en blogs, ya sean los nuestros personales o colectivos, en podcast (por ejemplo, Miquel participa en Los VerdHugos) y en Videopodcast (ambos mantenemos una especie de club de lectura que emitimos en directo llamado The Spoiler Club), todos ellos relacionados con los géneros fantásticos. Personalmente (Miquel al habla), me interesa mucho el formato de podcast, creo que es muy flexible y dinámico, y además me siento muy cómodo con él. Por mi parte (Alex al habla), por un afán de experimentar plataformas y desde luego la de colaborar con Miquel en el proyecto. Además a los dos nos gusta trabajar juntos y es un proyecto que nos apetecía. Es un formato práctico para “consumirlo” en contextos en los que leer un fanzine no sería práctico, es decir, te da tiempo a escuchar el programa completo de camino al trabajo, o en el gimnasio. Este podcast tiene un proceso de generación de contenidos y de producción que nos es más cómodo y, digamos, sostenible. Luego está la cuestión, o la intuición, de que es más fácil diferenciarse con este formato, al que nos parece que no se le ha sacado todo el partido posible.

3. ¿Cómo ha evolucionado el programa desde sus inicios hasta ahora?

En el momento de responder estas preguntas hemos publicado 8 episodios “regulares” y 5 entrevistas, por lo que es un programa con un recorrido limitado. Más allá de que podamos haber mejorado en cuestiones técnicas o en nuestra naturalidad, que no estamos seguros, la principal mejora ha sido la creación, a partir del cuarto episodio, del espacio de entrevistas, que esperamos mantener y explotar al máximo.

4. ¿Habéis intentado hacerlo parte de alguna radio convencional?

La verdad es que no. Tampoco lo hemos discutido. En realidad todavía estamos lanzando el proyecto, como quien dice, y tenemos algunas ideas que todavía no hemos implementado. Podría ser interesante, la verdad, pero no tenemos claro que eso fuera a mejorar su difusión o su calidad. Tendremos que pensar en ello… Además la libertad y comodidad que nos aporta tener nuestro propio ritmo orgánico quizá no lo podríamos mantener al colaborar con una radio. Lo dicho, habría que discutir pros y contras, que desde luego los hay.

5. ¿Cómo es la producción hasta llegar al mp3 final? ¿Es muy laborioso el montaje?

Grabamos con Google Hangout y editamos con GarageBand. El hecho de que el programa sea breve facilita mucho la tarea y hace posible que la edición sea relativamente rápida. Además tenemos experiencia editando otros podcast, con lo que tenemos bastante claro lo que queremos hacer y cómo hacerlo. Actualmente tenemos una plantilla con varios canales para cada tipo de programa y resulta relativamente sencillo actualizarla para cada episodio, con diversos temas musicales libres de derechos que nos gusta usar. Una vez generada la primera versión normalizamos los niveles de sonido con un programa externo, editamos los metadatos, y a volar. Para el apartado gráfico (banners, portadas,...) colaboramos con Octavi Segarra, de Meet Mr. Campbell, y la verdad es que creemos que ayuda mucho a que el programa tenga una imagen más profesional.

Lo que más dificultades nos ha provocado es alguna entrevista con problemas técnicos que han complicado la edición, pero con paciencia y atención se ha podido solucionar todo.

6. ¿El podcast, en general, según vuestra opinión, tiende a una convergencia o asimilación con YouTube? ¿Los podcasters serán los nuevos youtubers?

Son formatos relacionados pero cada uno tiene ventajas y desventajas según el uso que les quieras dar. En nuestro programa la imagen en directo no es muy importante, y el formato sonoro permite escucharlo mientras se hace alguna otra actividad, algo que Youtube no permite (o sí, si prescindes de mirar, pero entonces… ¿para qué complicarse?). 

A título de curiosidad, nosotros emitimos nuestro otro programa, The Spoiler Club, en directo en Youtube, y a posteriori publicamos una versión “solo audio” en formato podcast. Con alguna excepción muy puntual, siempre acumula (bastantes) más escuchas el podcast, a pesar de no haber sido producido como tal (es un programa “crudo”, poco editado, réplica del programa en directo). 

En última instancia depende del formato de programa que quieras trabajar, pero quizá dependa mucho también de público al que te dirijas. Es posible que el formato podcast llegue a una generación de personas que ha crecido con la radio, y se sienten más cómodos con este formato. También es gente que trabaja o tiene tiempo limitado por otras actividades (hijos, trabajo, gimnasio, la compra…) a los que les es imposible sentarse a mirar un vídeo de 30 minutos. Por otro lado, la generación más joven ha crecido con el formato vídeo. Youtube es muy popular entre los jóvenes que prefieren la imagen sonora a solo un audio, ese contacto y acercamiento con el que está al otro lado hablando. Nosotros pretendemos ser más informativos, más “fríos”, por usar un término. Por mi parte (Alex al habla), estoy experimentando con Youtube, subiendo reseñas y contenido literario, y lo cierto es que el público que me llega al canal es ciertamente más joven que el del podcast o el de mi blog.


Lali Rico

lunes, 7 de noviembre de 2016

Libros que nos hablan

Que un libro salga de la cabina de audio de un estudio de grabación profesional puede sonarnos raro o simplemente provocarnos una confusión de los sentidos. Pero no está mal que dejemos reposar la vista en un entorno sobrecargado de lecturas en pantalla e impactos visuales por doquier: el audiolibro ha venido para quedarse y ser escuchado.

El libro hablado consiste en una grabación de los textos que contiene. Se leen en voz alta y se registra el sonido. Las innovaciones tecnológicas han mejorado la calidad y facilitado el acceso a los audiolibros, que tienen su origen en las grabaciones para el fonógrafo o para la radio, pero que indudablemente han encontrado en Internet el gran impulso que los convierte en un mercado en auge.

La variedad de formatos ha pasado mediante una evolución natural del casete, el disco de vinilo o el CD, a la descarga digital, comúnmente en formato mp3Existe un formato estándar para audiolibros llamado Daisy que fue desarrollado para dar acceso a los libros a personas invidentes y que soluciona muchos problemas que planteaba el casete o el CD. Con este sistema estándar se puede dejar marca en el lugar donde hemos terminado una lectura para seguir con ella más adelante, ya que las pistas de audio están indexadas.

Un audiolibro nos permite realizar otras actividades mientras lo escuchamos y nos ofrece los contenidos más variopintos: podemos escuchar novelas, ensayos, cuentos, manuales de idiomas o artículos de prensa. Está demostrado que hay personas con una mayor comprensión al escuchar que al leer. Por ejemplo, si se sufre dislexia los audiolibros pueden ser grandes aliados. ¿Qué os parecería hacer el viaje de camino al trabajo escuchando versos de Shakespeare o hacer deporte mientras os relatan una aventura de Harry Potter?

La oferta de audiolibros no es tan extensa en España como pueda serlo en Gran Bretaña, Francia o Alemania, pero en los últimos años han surgido empresas que los generan y comercializan. Unas optan simplemente por la lectura del libro y otras por las dramatizaciones.

La empresa andaluza Sonolibro realiza dramatizaciones en audio con actores y efectos de sonido. En Sonolibro piensan que el audiolibro no acababa de tomar impulso por la manera en que se lanzó en nuestro país, con un solo narrador o con la voz metálica de un ordenador. Al ser un grupo de actores quienes dan vida a las voces, el texto aparece enriquecido y nos recuerda a las antiguas radionovelas. En Lektu podéis adquirir más de 200 títulos de su catálogo, que abarca todos los géneros (incluso se atreven con la novela erótica).

En nuestra plataforma también trabajamos con Audiomol, una empresa dedicada a la producción, distribución y venta de audiolibros en español tanto en forma física como digital. Desde Lektu podéis conseguir parte de su catálogo en digital, principalmente novelas.

Respecto al software específico necesario para poder escuchar un audiolibro, en la actualidad la gran mayoría de dispositivos portátiles ofrecen compatibilidad con los formatos más comunes, desde los teléfonos móviles a los dispositivos portátiles como el iPod. Además, existen aplicaciones software que han añadido soporte específico para los audiolibros como iTunes, TPB Reader o Banshee y Rhythmbox para Linux. Descargar un audiolibro en Lektu es tan fácil como adquirir un ebook: lo hacemos en tres clicks.

En el mercado internacional se les está prestando una atención especial a los audiolibros; prueba de ellos son las diversas ponencias en Ferias Internacionales dedicadas al mundo del libro: "escuchar en lugar de leer" es una de las apuestas del mercado editorial en Alemania y en la reciente Feria de Frankfurt los visitantes han podido entrar en un estudio de grabación in situ y grabar páginas de libros junto a locutores famosos.

La irrupción del audiolibro en español también contará con su foro de debate en el IV Congreso del Libro Electrónico, que tendrá lugar un año más en Barbastro, los días 16 y 17 de noviembre. Se discutirá sobre el tipo de lectores que usan los audiolibros, sobre cuánto cuesta producirlos, sobre si son más o menos rentables que los libros electrónicos, etc. Conducirá el debate sobre los audiolibros el director del Congreso, Javier Celaya, y estará apoyado por Rosa Sala, de la editorial Seebook. Sala es también la promotora de la I Semana del Audiolibro en español.


En España, la oferta actual de audiolibros supera apenas los 3.000 títulos. Aún a años luz de la imparable implantación en Estados Unidos donde el sector crece un 32% al año, pero contando con iniciativas destacables como la del grupo editorial Penguin Random House, que desde el pasado octubre ofrece varios audiolibros de Gabriel García Márquez, que se añaden a los alrededor de 100 libros que ofrece su programa de audiolibros. Se pueden adquirir, por ejemplo, desde Audioteka o desde Audible (perteneciente a Amazon).

Los libros que se escuchan ya no sólo están dirigidos a las personas con dificultades de visión, sino que se abren paso para que su destino englobe a diversos tipos de público: personas que disfrutan escuchando o que están muy ocupadas, estudiantes de idiomas, jóvenes con hábitos digitales que necesitan diferentes estímulos para enfocar la atención. Son suficientes 34 horas de escucha para que nos cuenten El Quijote, por ejemplo.

En los últimos años los costes de producción de un audiolibro se han reducido hasta un 90% y en España además contamos con muy buenos locutores porque influye el hecho de que en nuestro país siempre se han doblado las películas. No olvidemos tampoco que algunos escritores famosos utilizan su propia voz para grabar sus libros en formato audio. Algunos ejemplos relevantes son Mario Benedetti, Stephen King o el propio García Márquez. 

Desde Lektu animamos a todos los autores que dispongan de audiolibros a trabajar con nosotros y a todos los lectores que no lo hayan hecho ya a que prueben la experiencia de escuchar libros, porque los libros nos hablan.



Lali Rico

viernes, 21 de octubre de 2016

Lektu incorpora Edhasa, Castalia y Ruth Casa Editorial


Nos resulta muy grato anunciar a los lectores que a partir de hoy contamos en Lektu con las editoriales Edhasa y Castalia en nuestro catálogo.
Comenzamos con cuarenta ebooks de Edhasa y otros tantos de Castalia a los que iremos incorporando poco a poco fondo y novedades.

También incorporamos alrededor de 120 títulos en formato electrónico de la casa Ruth Editorial, que Edhasa distribuye en exclusiva en España.

Edhasa es la editorial líder en el mundo hispánico en la publicación de narrativa histórica y novela de aventuras. También publica otros géneros como ensayo o ciencia ficción. Cuenta con los sellos Elipse y Marlow.

Castalia se unió a Edhasa en 2008 y es un referente en la publicación de las principales obras de la literatura de todos los tiempos en ediciones críticas y anotadas por los mejores expertos.

El catálogo de Ruth Editorial destila compromiso social y asocia su proyección al Foro Mundial de Alternativas.

La plataforma Lektu amplía sus fronteras y crece incorporando títulos de editoriales históricas y con un vasto catálogo vigente. Así desde hoy podréis adquirir libros de un premio Nobel como Thomas Mann o del gran escritor de sagas históricas Bernard Cornwell, oficial de la orden del Imperio Británico.

miércoles, 12 de octubre de 2016

El precio fijo de los libros: la excepción cultural

Al igual que hicimos en anteriores entradas del blog con el pago dinámico o el pago social, trataremos hoy de explicar el porqué del precio fijo de los libros en España, su historia y el enfrentamiento entre sus detractores y sus defensores. Nos preguntamos también si es el momento de revisar o no la llamada "excepción cultural".

El precio fijo de los libros está regulado en España por un Real Decreto. La lectura y su fomento son uno de los pilares donde se apoya el derecho a la educación y la cultura en la sociedad de la información, y con ese espíritu se creó la Ley 10/2007, de 22 de junio, de la lectura, del libro y de las bibliotecas.

El libro nos ha llegado en un único formato durante siglos, pero en la actualidad su contenido lleva distintos envoltorios. La conocida como "ley del libro" nos dice que el objeto que hay que proteger es "la lectura", independientemente del formato en que nos llegue.

El sector del libro se encontraba regulado por la Ley del Libro 9/1975, de 12 marzo. La ley de 2007 tuvo que redefinir por completo el concepto de libro. Según la Ley ésta es su definición:

Libro: obra científica, artística, literaria o de cualquier otra índole que constituye una publicación unitaria en uno o varios volúmenes y que puede aparecer impresa o en cualquier otro soporte susceptible de lectura.

Se entienden incluidos en la definición de libro, a los efectos de esta Ley, los libros electrónicos y los libros que se publiquen o se difundan por Internet o en otro soporte que pueda aparecer en el futuro, los materiales complementarios de carácter impreso, visual, audiovisual o sonoro que sean editados conjuntamente con el libro y que participen del carácter unitario del mismo, así como cualquier otra manifestación editorial.

Se considera que el libro es más que una mera mercancía y por eso hay que protegerlo
Se considera que el libro es más que una mera mercancía y por eso hay que protegerlo. La Ley lo considera el soporte que contiene todo el pensamiento humano. Gracias a él, la lectura es posible como acto trascendental y único de la especie humana.

Los sistemas de precio fijo o único de los libros tratan de posibilitar que en las librerías convivan los libros que se venden fácilmente (que en el mundo editorial se llaman de rotación rápida) con un catálogo de "fondo" que pueda estar disponible. El fondo bibliográfico de las librerías facilita indudablemente el acceso igualitario y diverso a la cultura.

La ley de 2007 establece las obligaciones específicas de los agentes del sector y expresa la prohibición del uso del libro como reclamo comercial para vender otros productos que no son libros. Sin embargo, quedan fuera del precio fijo los libros de texto.

Este tipo de protección reflejada en la ley del libro suele denominarse "excepción cultural". Con ella se pretende proteger la lengua y las culturas locales de la liberalización comercial. La naturaleza singular de la cultura justifica un régimen legal y económico diferente.

Las librerías pueden aplicar como máximo un 5% de descuento, exceptuando algunos momentos especiales
En España el precio fijo lo establece el editor o importador. Las librerías pueden aplicar como máximo un 5% de descuento, exceptuando algunos momentos especiales como Ferias del Libro o Día del Libro.

Hay países como Francia, Portugal, Alemania, Italia o Argentina que cuentan con leyes similares. Otros países como Reino Unido, Suecia, Dinamarca o Finlandia las han derogado.

A pesar de la ley, el precio fijo tiene partidarios y detractores que, extrañamente, a veces esgrimen argumentos similares, aunque sus posturas sean radicalmente contrarias.

Sin duda, el precio fijo contribuye a que los libros cuenten con una mayor difusión. Garantiza la competencia leal entre los libreros, salvando así obstáculos geográficos o problemas de competencia a la vez que permite el desarrollo de las librerías tal y como las conocemos.

Los defensores del precio fijo explican que la competencia sigue existiendo entre editores y sólo se elimina entre detallistas, que, sin embargo, habrán de competir en oferta de servicios y profesionalidad.

El número de libros en catálogo en España es apabullante, por lo que la rentabilidad es desigual entre unos y otros. Es necesario el equilibrio entre los ejemplares de grandes ventas y los de rotación lenta. Dada la pluralidad de la oferta editorial se considera necesaria una red de librerías que conecte con un público concreto y así las librerías puedan competir en diversidad.

Los partidarios de continuar con el precio fijo dicen que su posible abandono provocaría inevitablemente una reducción de la oferta editorial: las grandes superficies ofrecerían como reclamo los best sellers a muy bajo precio y compensarían con los otros productos que venden. Esta forma de trabajar sería insostenible en las pequeñas librerías, el canal librero reduciría sus ventas y poco a poco irían desapareciendo. Se produciría una concentración en grandes tiendas. Los libros con pocas ventas dejarían de editarse y desaparecerían a su vez las editoriales pequeñas. Y una vez controlado el mercado desaparecerían esos grandes descuentos.

Los detractores del precio fijo defienden que en el escenario actual la ley no sirve para su propósito, que era el de “proteger la lectura y el libro”. El precio fijo no consigue fomentar la lectura y, por ende, no dinamiza el sector.

Aunque el ebook está sujeto al precio fijo, a efectos fiscales es considerado un servicio y tiene más impuestos
El precio fijo afecta por igual a los libros en papel y a los electrónicos. Sin embargo, el ebook, aunque esté sujeto al precio fijo, a efectos fiscales es considerado un servicio y tiene impuestos mayores. En ese punto ya nos encontramos la primera diferencia.

Otra diferencia radica en que los canales de venta del ebook se multiplican gracias a Internet. Digamos que comercializar un libro electrónico es más sencillo que vender libros impresos.

Los que están en contra de mantener el precio fijo de los libros aseguran que demasiada regulación puede provocar que los operadores del sector sean poco innovadores. En la actualidad Internet facilita la desintermediación y habría que adecuar el trozo del pastel que se lleva cada eslabón de la cadena.




Muchos autores, editoriales especializadas e incluso libreros encuentran una vía de escape en el mundo online y en todas las posibilidades que ofrece. Profesionales del sector que no han tenido nada que objetar durante años al precio fijo, han cambiado de opinión con el escenario actual.  

Un ejemplo de cómo ha funcionado el mercado lo tenemos en el caso de los libros de texto. Los libros de Primaria y Secundaria son “la excepción a la excepción” y no están sujetos a la ley. Llegado el momento de la aplicación, los editores tuvieron que explicar claramente dónde iba cada euro del precio de venta al público para así justificar que el precio de los libros era justo.
En Lektu optamos por ser lo más claros posibles en cuanto a dónde va el dinero que pagas por un producto digital (autor, ilustrador, editor, etc.).

Más allá de las posiciones claramente sesgadas de los grupos mediáticos con intereses directos en el mundo del libro, ¿sigue siendo la excepción cultural a través del precio fijo la manera de proteger los intereses de la lectura?
El premio Nobel Vargas Llosa encuentra un choque frontal entre la libertad personal y el proteccionismo que concede la excepción cultural. Se pregunta quiénes son los encargados de decidir qué es arte o cultura y qué no lo es: "¿Y quiénes serán los encargados de llevar a cabo ese delicadísimo discrimen entre el arte integérrimo y la basura?", dice Vargas Llosa.

En Europa en general se respalda la ley por parte de todo el sector editorial. El problema se plantea ante la compra de libros electrónicos. 
La internacionalización y el entorno digital están cuestionando si, al menos, sería posible o beneficioso un cambio de la ley para los productos digitales.

Nadie tiene fórmulas mágicas, pero el cambio constante que nos rodea nos obliga a movernos en un nuevo hábitat en el que el precio fijo a veces limita la adaptación.

Las librerías generalistas tradicionales están desapareciendo para dar paso a un librero especializado que nos ofrece algo más que libros, llamémoslo una "experiencia cultural". Y, en cuanto al mercado del libro digital, se adoptan nuevas formas de pago y de comercialización que están cambiando las reglas del juego.

Los hábitos de consumo cultural ya no se parecen en nada a los de hace diez años, y aunque las medidas de protección al sector no pueden ser eliminadas,  necesitan algunas modificaciones que permitan su supervivencia. Y parece que las claves están en la internacionalización y en el entorno digital


Lali Rico

miércoles, 21 de septiembre de 2016

Entrevista a José Manuel Anta, Director de FANDE

Conectando a creadores, comercializadores y usuarios



José Manuel Anta lleva casi 20 años dirigiendo la Federación de Asociaciones Nacionales de Distribuidores de Ediciones (FANDE). Desde su sede ha afrontado de forma entusiasta todos los retos que la revolución digital ha traído al sector y ha sido una pieza clave en iniciativas como la organización del Encuentro Internacional de Distribuidores Digitales o la creación de IPDA, la Asociación Internacional de Distribuidores.

En Lektu, integrada en FANDE a través de UDNE, hemos charlado largo y tendido sobre los temas fundamentales sobre los que se está trabajando activamente dentro de las asociaciones, como la transformación en la distribución de contenidos, la narrativa transmedia, las audiencias, el DRM, la impresión bajo demanda, los micropagos o los metadatos.


¿Qué es FANDE y cuál es el papel que representa en el mundo de los contenidos digitales?

FANDE es una federación que agrupa a tres asociaciones. Por debajo de esas tres asociaciones hay cerca de 200 empresas españolas dedicadas a la distribución de productos editoriales, fundamentalmente libros, periódicos, revistas y coleccionables, tanto en formato impreso (que es el origen de la Federación) como digital desde hace 6 años. En aquel momento llamaron a nuestra puerta empresas de un perfil de distribución digital y entendimos que era el sitio donde tenían que estar representadas, en una federación que mantiene relación con las asociaciones de libreros, editores de libros, de revistas, de diarios.

También, además de FANDE, desde finales de 2015, en esta oficina reside la Asociación Internacional de Distribuidores.

FANDE está integrada por ADILE, UDNE (Lektu es parte de UDNE) y A.N.D.P. ¿Es complicado dirigir una Federación de Asociaciones? ¿Las tres tienen el mismo peso?

No es que unas tengan más peso, sino que a ellas pertenecen tipologías de empresas distintas. Lo que las diferencia es la tipología. Son todas nacionales, estatales. UDNE agrupa a distribuidores de carácter nacional o internacional, por eso tiene sentido que todas las digitales hayan entrado en UDNE, porque no hay una frontera regional o local. Y las otras dos asociaciones sí que tienen ese criterio de carácter zonal o regional. Lo que las diferencia es que A.N.D.P. agrupa a distribuidores locales o regionales de publicaciones periódicas (revistas, periódicos…) y ADILE de libros, pero todas las digitales están en UDNE.

¿Cómo fue el proceso de integración de las primeras distribuidoras digitales en UDNE? ¿Hubo que cambiar muchas cosas?

Tenemos una dinámica por grupos de trabajo. Independientemente de las asociaciones, hay unos grupos de trabajo en los que confluyen empresas de distintas asociaciones y toda la estructura de asociaciones reside aquí, con lo cual es fácil coordinarlos. En el caso de las digitales lo que sí es cierto es que ha sido un grupo muy heterogéneo. Proceden de distintos ámbitos, aunque tienen el perfil digital. En ese sentido las primeras que llegaron tenían más que ver con el perfil de impresión bajo demanda, que es una mezcla híbrida de digital porque se parte de ficheros digitales pero también para producir libro impreso. Otras empresas vienen de proyectos creados directamente por editoriales, otras son proyectos de empresas tecnológicas, otras de distribuidoras tradicionales que han creado su división de carácter digital, otras que tienen un perfil más de tienda digital, en fin, hay distintas tipologías.

¿Se acercan siempre ellas o vosotros también contactáis con estas empresas?

Hemos tenido los dos casos. El inicio fue esa llamada a la puerta por su parte. Pero cuando ha ido creciendo ese colectivo, también hemos hecho campaña de promoción. Hemos censado las principales que hay en España y yo creo que ahora mismo prácticamente están todas. Tenemos como 16 o 17 dentro de ese grupo de distribuidoras digitales y llama la atención. Cuando lo comentamos a nuestros colegas extranjeros llama la atención que haya muchas empresas de ese perfil en la asociación. 

¿Cómo surgió y qué es IPDA? 

IPDA surge por un planteamiento de colegas internacionales con los que tenemos contacto en distintos ámbitos. Tanto en libro impreso como en publicaciones periódicas como en el digital, durante los últimos años hemos ido desarrollando iniciativas de contacto con empresas extranjeras. Lo propusieron algunos colegas, ya que existe asociación internacional de editores, asociación internacional de libreros, pero no existe una asociación internacional de distribuidores. Les gustaba esa estructura que tenemos en FANDE que agrupa a todos los productos editoriales y digamos que nos plantearon el reto: ¿por qué no dais el salto a ser vosotros los organizadores o coordinadores de esa asociación? Y asumimos el reto a finales del pasado año. Lo estudiamos internamente dentro de las juntas directivas y se decidió arrancar.

Ahora mismo tenemos unos 15 asociados y el foco está puesto en el ámbito digital. De momento es más europea, aunque hemos incorporado una distribuidora muy importante no sólo en Estados Unidos sino a nivel internacional que es OverDrive. También se ha incorporado De Marque que es canadiense, aunque está en medio mundo. Y se ha incorporado una latinoamericana que es Hipertexto-Netizen. Son colombianos y tienen también sede en México. El resto son europeas.

Como novedad, se ha incorporado Tolino que es una gran distribuidora alemana con tienda, y que en el caso de Alemania está compitiendo de tú a tú con Amazon en la venta del libro digital. Ya tenían información nuestra y han decidido incorporarse. Hoy precisamente enviaremos la nota oficial de la incorporación.

IPDA organiza el Encuentro Internacional de Distribuidores Digitales (International Digital Distributors Meeting). ¿En qué consiste este Encuentro? 

Es una iniciativa que parte de la asociación. Siempre contamos con la aprobación de la junta. Presentamos el proyecto y la junta lo aprueba. Luego hemos implicado a un ente muy importante como es la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, que nos presta gratuitamente soporte y sus instalaciones, ahora en el Matadero, que son estupendas. Con ellos tenemos una relación muy buena, estamos haciendo en conjunto varios proyectos y el más importante es éste. Arrancamos con este encuentro internacional hace ya tres años, y fue tan bien que la Fundación, a partir de ese momento, decidió crear algo más amplio y durante toda una semana hay actividades relacionadas con la innovación en la lectura, el libro, el digital. Uno de los momentos importantes es nuestro encuentro que siempre es miércoles y jueves. Pero durante toda la semana hay actividades relacionadas con bibliotecas en digital, lectura, start-ups, etc. Desde el año pasado las jornadas se llaman Readmagine. Y dentro de Readmagine se enmarca nuestro encuentro.



El primer encuentro se realizó en 2014 y ya vamos por el tercero. La Asociación Internacional la hemos creado a finales de 2015. Ya en el congreso anterior se habló de la necesidad de avanzar y dar el salto a un órgano más formal. Por eso ha sido un proceso natural la incorporación de distribuidores digitales. 

¿Nos puede hacer un balance del último congreso?

IPDA ya está preparando el 4º Encuentro Internacional de Distribuidores Digitales de 2017
Muy positivo. Los dos primeros tuvieron un alcance europeo, pero ya en el tercero le hemos dado esa vertiente internacional y será un formato que repetiremos en el futuro porque ya hay incluso fecha para el de 2017. Es durante la primera semana de junio, el miércoles y el jueves, coincidiendo con la Feria del Libro de Madrid. Siempre damos cabida a industrias o sectores muy cercanos al mundo del libro que tienen que ver con la cultura y el ocio, que o bien ya han afrontado o están en proceso de transformación por el digital. Nos interesa lo que podamos aprender de ellos y hacer comparaciones. Este año el sector invitado fue el mundo de los videojuegos. En ese sector lo del digital lo tienen más que trabajado y vivieron una transformación muy importante hace ya 7 u 8 años, así que sus experiencias nos resultaron muy interesantes.

Y no sólo tuvo interés la parte de los videojuegos, sino que otra de las mesas de trabajo que destacó fue la que tiene que ver con la distribución del transmedia. Cada vez son más porosas las fronteras entre lo que es un libro, una obra de video, un videojuego, un audio, cine... Son industrias que se relacionan, se contaminan entre sí, y cada vez estamos viendo más tránsito de proyectos y de colaboraciones entre ellas. En ese sentido nos trajimos a una gente de Finlandia que son de la empresa Rovio, los desarrolladores de Angry Birds. Ellos han creado desde hace un par de años un brazo editorial. Es otro modelo: el que surge de los videojuegos y empieza a crear desarrollos que tienen que ver más con la industria editorial. Esa parte transmedia nos interesaba mucho.


Las ponencias, ¿en qué idioma son?

Al ser un encuentro internacional son en inglés. No hay traducción simultánea. La asociación es internacional, así que tiene sentido que sean en inglés, aunque se co-organizó con FANDE y con la Fundación Germán Sánchez Ruipérez.

También montamos una mesa redonda sobre distribución digital en Latinoamérica, que por cercanía con España fue una experiencia muy interesante. Vinieron de México, de Colombia, de Argentina. Nos trajimos a gente de Bajalibros, de Orbile, de Hipertexto, de Educal.

Y una tercera mesa redonda fue de cómo son los lectores digitales y dónde están. Todo lo que tiene que ver con tendencias, hábitos, audiencias. Fue muy enriquecedora y de allí salieron conclusiones valiosas.

El encuentro lo desdoblamos en dos jornadas. El miércoles por la tarde es una reunión privada con distribuidores digitales y mesas más específicas de nuestro sector para hablar de temas como las audiencias, sobre DRM sí o no, sobre temas de formatos y la abierta al público es el jueves. 

¿Se está preparando ya el del próximo año? ¿Nos puede adelantar en qué se va a centrar?

Ya hay en cartera algunos temas aunque todavía no están cerrados. A mí personalmente me gusta detectar tendencias a nivel internacional como por ejemplo los audiolibros. También todo lo relacionado con el libro infantil y juvenil tanto en digital como en impresión bajo demanda. Todo el tema de la realidad virtual. Y como mercado, ya que el año pasado se tocó Latinoamérica, seguro que haremos algún monográfico sobre alguna otra área geográfica, llámese Asia, Oriente Medio, trayéndonos experiencias de distribución en esos países. 

Hace muchos años que es el director de FANDE, ¿qué cosas han cambiado?, ¿qué cambios destacaría dentro de la Federación? ¿Con qué retos se ha encontrado desde el punto de vista digital?

Yo ahí diferenciaría dos cuestiones que tienen que ver con el digital y que han influido en la actividad de la distribución. Una es la venta de contenidos digitales per se, que implica una serie de cambios en los canales de comercialización: la desintermediación, la relación con el editor o generador de contenidos que puede ser un editor o un autor. Toda esa desintermediación crea cambios muy importantes.

Y por otra parte está cómo el digital o cómo la tecnología ha influido a la hora de la distribución del libro o las revistas como producto físico. En los últimos años hemos visto proyectos y cambios muy importantes. Desde cómo se venden los libros impresos (llegada del ecommerce, Amazon), cómo se están adaptando las librerías, lo que implica esto en retos logísticos, el poder atender la demanda y poder ofrecer el libro y entregarlo en un plazo de tiempo muy corto y poder ofertar los cientos de miles de títulos que existen a qué implica eso en cuanto a almacenaje, transporte, distribución, si tienen que estar físicamente los libros o lo que tienes es un fichero e imprimes desde 1 ejemplar y todo lo que tiene que ver con la impresión bajo demanda. A todos estos temas les estamos dando cobertura desde la asociación, apoyando a empresas. Todo lo que tiene que ver (y esto implica libro físico y digital) con los metadatos. Es fundamental tener los libros identificados, tener portadas digitales, sinopsis, títulos, ISBN.

Yo veo el vaso medio lleno. Se han hecho avances muy importantes en colaboración con editores y libreros, aunque quede mucho por hacer. Se ha hecho desarrollo de protocolos para cadena de suministro de libros, digamos estándares mínimos de actividad y se ha avanzado mucho.

En el Liber, desde FANDE vamos a hacer unas mesas redondas sobre la tecnología aplicada a la venta de libros. Una de las mesas redondas es sobre el protocolo de comunicación de novedades por parte del editor. Llevamos con un protocolo de comunicación de novedades acordado por el sector desde hace 4 ó 5 años y vamos a poner encima de la mesa cómo ha funcionado, qué errores hay, si los campos se rellenan todos, si los metadatos se dan en plazo o no. Lo haremos con información que nos van a facilitar las propias librerías.

Respecto a los contenidos digitales, ¿se está trabajando desde la Federación para obtener estadísticas que se acerquen a la realidad?

Cuando montamos el grupo de trabajo de distribuidoras digitales españolas, uno de los temas que salió fue el ver si era posible contar con unos datos oficiales. Contamos con los datos que provee cada año la Federación de Gremios de Editores a través de su estudio. Son datos que provee el sector (hablamos de digital). Nosotros lo que hicimos en su momento fue un modelo de encuesta muy simple que le pasamos al grupo de las distribuidoras digitales y se obtuvieron unos datos, pero no son demasiado consistentes en la medida en que falta información de Amazon y de otros operadores que no dan información. Y por ese lado es complicado hacer una estadística.

Junto a la Federación de Gremios de Editores, lo que hemos conseguido este último año es tratar de que las preguntas que se realizan a los editores pasen por el control del grupo de distribuidores digitales. Se trata de poder introducir preguntas o matices a esas preguntas que sirvan al distribuidor digital para contar con esa información. Y pasamos a todas las empresas el cuestionario para ver qué cosas quieren matizar. Por otro lado estamos también colaborando con el Global Ebook Report que hace una consultora alemana. Hacemos llegar el cuestionario a las distribuidoras digitales españolas para que esa información oficial internacional cuente también con los datos españoles. Si bien esa información del Global Ebook Report es más de tendencias que de datos numéricos. Es muy difícil acceder a datos de algunas empresas. Lo que se aportan son más tendencias que una estadística rigurosa de crecimiento.

¿Está salvando Latinoamérica la industria editorial española?

En los años más duros de la crisis Latinoamérica ha sido uno de los salvavidas. Lo podemos visualizar con un ejemplo muy claro como es el de Santillana, donde ya un volumen superior al 60% de su facturación proviene de América Latina y no de España que era su mercado original. Esto, a distinta escala, ha sido claro en las distintas tipologías de empresa.

Parece ser que aquí, en España, se ha tocado fondo y, sin embargo, en Latinoamérica, países como Brasil, que era importante en el sector, están en una situación compleja. México ha desacelerado un poquito y aunque la crisis no es tan grave como la que se ha sufrido en España, hay una cierta desaceleración en los últimos dos años. Aún así, efectivamente, ha sido una de las líneas de actividad que ha permitido a las distintas tipologías de empresa tener un cierto salvavidas. Hablo siempre de editoriales y distribuidoras. Por desgracia, las librerías no han podido incorporarse a esa ola y son posiblemente las que más estén sufriendo en España. Este es uno de los temas preocupantes que todo el sector está intentando resolver, no sólo en España, sino internacionalmente: ver cuál es el papel de la librería en el futuro, con qué medidas se la puede apoyar, el tema de los contenidos digitales y el Ecommerce.

Entiendo que las retenciones en las aduanas han sido un problema para exportar a Latinoamérica.

Poder exportar a Argentina ha sido muy complicado durante algunos años. El gran mercado ha sido México y Colombia. También Brasil. 

Nos gustaría conocer su opinión personal respecto a nuevas formas de comercialización del contenido digital como BLENDLE en el periodismo o la venta de libros por capítulos.

Me parece interesantísimo. A BLENDLE les invitamos en el congreso del año anterior. Este año el sector invitado fueron videojuegos y el anterior la prensa. BLENDLE fue nuestro invitado cuando nos centramos en prensa. Y su primera presentación en España fue en el Encuentro Internacional de Distribuidores Digitales. Nos parece que tiene todo el sentido el poder comprar artículos sueltos a través de micropagos. BLENDLE, cuando hicieron la presentación en España, estaban solamente operativos en Holanda con diarios holandeses, y aunque a día de hoy siguen siendo una start-up, ahora están en Alemania y en Estados Unidos. Han ido creciendo y lo interesante es eliminar la idea de que la gente joven no lee prensa. Su target es gente de menos de 35 años que lee prensa en dispositivos móviles, que comparte las noticias, que opina sobre ellas y que va muy en esa línea.

En el mundo del libro y para ciertos segmentos también tiene sentido, sobre todo en libro científico y técnico.

Y otro tema objeto de debate es hacia dónde van las plataformas de suscripción, no tanto de micropagos sino de tarifas planas. En periódicos, en España está Orbyt y Kiosko y más, y en libros 24symbols, Nubico. A nivel internacional surgieron por ejemplo Oyster o Bookmate. Ese modelo de suscripción y de acceder a contenido a un precio de tarifa plana, ¿qué futuro tiene?

Según los estudios de hábitos de compra que suelen realizar, ¿tenemos un retrato robot del comprador de cultura digital en España a día de hoy?

Tenemos uno muy bueno que nos aportó una de las ponencias de hábitos y tendencias. Vino una persona de GlobalWebIndex, empresa con sede en Londres que hace un Panel muy completo sobre consumo digital, tanto de utilización de dispositivos, acceso a redes sociales o hábitos de compra. Ofrecen datos de 28 países, y se puede consultar en la web de IPDA.

Al ser la cultura un bien intangible y existir opiniones abiertamente contradictorias sobre lo que es empresa y lo que no, es decir, lo que debería ser irremediablemente rentable en términos económicos o lo que aporta valores sociales de otro tipo, ¿cómo se conjuga la eterna crisis editorial con las nuevas tecnologías? ¿Existe una revolución de la DISTRIBUCIÓN?

Al fin y al cabo el escritor sigue escribiendo y generando. La forma de hacer llegar su obra es lo que ha cambiado
Precisamente el tema digital está influyendo de forma fundamental en cómo las personas, los lectores, los ciudadanos accedemos a una serie de bienes, entre ellos los bienes culturales, dónde nos informamos de la existencia de esos bienes y cómo accedemos a ellos, las formas de compra. Más allá de la propia producción de esos bienes, que aunque ha sufrido cambios, al fin y al cabo el escritor sigue escribiendo y generando. La forma de hacer llegar su obra es lo que ha cambiado. Puede hacerlo llegar no sólo a su ámbito más cercano, sino de forma global. Evidentemente es una revolución tremenda. No solamente para nuestro sector.
Yo soy de los que piensa que el papel seguirá teniendo futuro. Pero en muchos casos hay personas que dicen: "Como el papel va a seguir teniendo futuro, ¿para qué voy a tener que cambiar?"

Pero es que para poder distribuir papel también están cambiando las cosas. Y hablamos de impresión bajo demanda, de metadatos, de la logística, de que el público te está obligando a que no pueden esperar una semana a tener un libro, a que lo quieren rápido y que quieren acceder a toda la oferta de libros, y ya decidirán ellos si los quieren en digital, en papel, por capítulos o de qué manera. Son cambios que nos arrastran y no puedes dormirte en los laureles.

Hay muchas empresas que están avanzando en todo esto: un ejemplo claro es Ingram, la mayor distribuidora de libros y de contenidos editoriales a nivel mundial, que hasta cambió su nombre y su concepto cuando empezaron con esto. Pasó de considerarse un grupo distribuidor a llamarse Ingram Content Group. Aparece la palabra "Contenidos". Ya no se trata de coger el libro de un almacén y que una furgoneta lo lleve a la librería. Ahora manejamos contenido que nos llega desde los creadores y lo hacemos llegar al posible comprador por las distintas vías y en los distintos formatos. Es muy importante esa labor, la que haga ese intermediario, ese conector entre el creador y el consumidor. Por eso cuando me dicen que está en peligro el sector de la distribución, yo digo: "¡Claro, tal y como la conocíamos sí, pero el papel del distribuidor es muy importante!". También tendrá que haber cierta especialización. Las distribuidoras estarán especializadas en contenidos diferentes.

Si sólo el 4% de los libros vendidos en España lo hace en formato electrónico, ¿por qué invertir en el sector?

El tema de la digitalización en el caso de las editoriales debería estar dentro de su principio editorial, no sólo para vender el contenido digital sino para venderlo de cualquier manera. La editorial tiene que ser consciente de que el resultado será un fichero que se venderá por distintos canales. Hay un trabajo importante que realizar para recuperar todos los fondos históricos editoriales que están sin digitalizar.

Nos encontramos también con otro escollo: la penalización fiscal por la diferencia de IVA, la política de precios. Parece más o menos evidente que los precios del contenido digital deberían ser más bajos y los márgenes se estrechan mucho. Yo no digo que tengan que ser un 30% más baratos como se habló hace unos años, pero sí un poco más barato. Yo pongo el ejemplo de las listas de las aplicaciones más vendidas de Android o de Apple. Siempre están entre el top 10 las de 0,99 o 1,99, pero siempre hay alguna de 20 euros. No la van a comprar millones de personas, pero es una aplicación tan específica y tan valiosa para ciertos colectivos que tiene sentido invertir 20, 30 o 40 euros. Pues aquí lo mismo. Pero es una decisión de los editores.

¿Acabará Amazon fagocitando el sector?

Yo diferenciaría la parte digital de la parte de libro impreso. En la parte digital yo diría que ya lo ha fagocitado. Amazon es, de calle, el mayor vendedor de libro digital, menos en Alemania que está compitiendo de tú a tú con Tolino. En algunos trimestres incluso han superado a Amazon. ¿Por qué? Pues porque en el caso de Alemania se ha juntado una empresa muy potente con apoyo de la compañía telefónica alemana más las principales cadenas de librerías alemanas, con su propia línea de dispositivos de lectura. Yo lo asimilo al Tagus de la Casa del Libro. Y en Alemania se ha fomentado mucho la compra local, ya que se creó un ambiente muy negativo respecto a Amazon al salir varios reportajes en televisión sobre las condiciones laborales en los almacenes. La opinión pública también tuvo en cuenta el tema de la liquidación de impuestos, que se iba fuera de Alemania y, aunque está claro que en Amazon la forma de funcionar es muy buena, la facilidad de la compra es tremenda y la recomendación es imbatible, pues allí pesaron otra serie de conceptos y a igualdad de precios (en Alemania también hay precio fijo) algunos prefieren comprar en una empresa alemana. Y, aun así, están igualados.

Respecto al libro impreso te puedo decir que en mayo estuve en Estados Unidos en la Asociación de Libreros Americana y respecto a Amazon hay datos diversos. Parece que Amazon tiene el 40% del canal de venta de libro impreso y los libreros independientes no son más del 10%. Lo demás está repartido entre cadenas, venta directa del editor e hipermercados. Pero Amazon es el más importante, sin hablar de tiendas físicas. En España o en Europa todavía no se llega a esos niveles, aquí debe estar en torno al 10% del mercado en tan sólo 5 años desde su implantación. Amazon no puede competir en precio por el precio fijo en Europa, sin embargo compite por puro buen servicio: 24 horas, stock, recomendación. Esto es un reto para las librerías y estamos trabajando con los libreros para tener herramientas que les ayuden. 

¿Cómo cree que hay que abordar el tema de la piratería?

Me ha servido mucho escuchar a diferentes personas en encuentros internacionales. En la piratería, como en otros temas, no es solamente una política del palo o de la zanahoria. Hay que cumplir las bases legales, no se puede ir contra la legalidad y los derechos de autor: ahí hay que establecer las sanciones correspondientes. Pero aparte de la estrategia de la zanahoria, no debemos echar siempre la culpa al contrario. No se puede decir siempre: “la culpa es de la piratería”. Tendremos que tener todos los contenidos, tenerlos a precios razonables, tendremos que facilitar el acceso, tendremos que abrir o confiar en los compradores que están dispuestos a comprar con una experiencia buena de compra y que al final acceden al contenido pirata porque no hay condiciones favorables.

El que no está dispuesto a pagar nada es otro caso. Da igual los límites que le pongas, lo va a hacer siempre. Pero no es ese el colectivo en el que tenemos que centrarnos. Y cada vez es más grande el colectivo que está dispuesto a pagar un precio. Así que es el reto que hay que afrontar, calcular un precio aceptable pero que no te canibalice tus beneficios. ¿Cuál es el precio adecuado? Este tema me preocupa mucho.

¿Existen sinergias con otros países en el sector? ¿Hay posibilidades reales de colaboración de empresas españolas con empresas extranjeras?

Una de las líneas de la filosofía de la Asociación es la de explorar y explotar las posibilidades comerciales. En este sentido, uno de los primeros mercados que surgió fue Brasil. Lo primero que hicimos fue censar empresas de distribución digital brasileñas y españolas y ponerlas en común para ver qué oportunidades había ahí. Ahora lo tenemos más fácil, en la medida que hay un colectivo que es el IPDA al que invitamos a que cualquier cosa que quiera comunicar no solamente a las empresas españolas, sino a todas, lo pueda hacer a través de nosotros y viceversa. Si Lektu necesita contactos de empresas que están en IPDA puede acceder a ellas. Si quiere presentar un producto o un servicio puede hacerlo. De hecho, vuestro modelo de negocio es innovador y en una mesa redonda del año pasado sobre distintos modelos de negocio Lektu tuvo un papel importante. 

Lektu no es exactamente una distribuidora y está en la asociación.

En la cadena del libro físico tradicional está el editor, el distribuidor (que es el eslabón intermedio) y el canal minorista.
En el mundo digital están por un lado los creadores de contenido y por otro lado los comercializadores. Los creadores son autores, editores, etc. Y luego está la parte comercializadora que también es muy amplia, donde te cabe Amazon, etc. La única distribuidora digital que funciona como el canal tradicional es Libranda. Los demás son híbridos que tienen tienda, por ejemplo. Se va más al nuevo tipo de modelo. Tolino se conoce más por su parte de tienda online y se abastecerá seguro de otros distribuidores aparte de su propia plataforma.

¿Ve usted “fuerte” al sector digital español?

El sector digital español se está fortaleciendo.
El sector se está fortaleciendo. Creo que hay tendencias que van más allá de ese 4 o 5%. Hay ventas que no pasan por las estadísticas, como la autoedición, que es otro tema de futuro. Yo veo oportunidades claras. Y en la parte del libro impreso, la impresión bajo demanda va a cobrar cada vez más importancia. 

¿Sigue vigente el Laboratorio del Libro?

Hicimos un texto que se llamaba la gran transformación de 2010-15. Al estar en 2016 nos hemos planteado hacer una edición corregida y aumentada y estamos en ello. Esto lo hacemos un grupo de profesionales de la edición. Le hemos dado una parte legal como asociación de personas individuales. El origen fue el crear una especie de centro de debate sobre intercambio de ideas de futuro. Se está trabajando en actualizar ese texto. Y otra de las líneas que queríamos abrir es una especie de Think tank. Crear, con personas destacadas del sector, una especie de charlas con 4 o 5 personas. Charlar, y lo que salga de esa charla pasarlo negro sobre blanco y poderlo publicar de alguna forma: texto, video y demás.  

El volumen de mercado de la prensa ha bajado alrededor de un 40 por ciento en 10 años. En 20 años se ha pasado de 32.000 a 23.000 kioskos de prensa en España. ¿Está funcionando la estrategia de incorporar otros puntos de venta como gasolineras o supermercados donde su negocio principal no es la prensa?

El sector de las revistas impresas y los diarios sí se ha visto afectado totalmente por la revolución digital. Los que están triunfando son compañías nuevas que surgen. Hoy, The Guardian despide a muchísimas personas en la delegación de Estados Unidos, aunque es uno de los que está apostando por el nuevo modelo. Si aún así tiene que despedir a un cuarto de la plantilla, la cuestión es cómo se adaptan estos grandes monstruos editoriales al nuevo modelo. No les queda más remedio que reducir estructuras.

Los que crecen un poco son los que surgen de cero, digitales puros, con estructuras pequeñas. Esto respecto a lo que tiene que ver con el digital.

Y respecto a la prensa impresa, la caída de la venta es muy importante. Además en un kiosko tradicional hay 700 títulos expuestos y en los otros puntos de venta suele haber unos 40 títulos. Se plantea un gran problema respecto a la diversidad editorial. En Estados Unidos prácticamente se ha concentrado en los grandes supermercados. Y los editores tienen problemas para exponer sus títulos. Un supermercado te limita la exposición de títulos. Es un gran problema de difícil solución. Mira, la revista Hola ha llegado a un acuerdo con las cadenas de supermercados DIA en la Comunidad de Madrid, con gran cabreo de los kiosqueros. El único guiño es que esa revista sale los miércoles y en estos supermercados estará los jueves.

¿Supuso algún problema la supresión de la Dirección General del Libro? ¿Se ha complicado recibir ayudas para seguir desarrollando proyectos que apoyen al sector?

Más que por el tema de fondos o de ayudas, por la importancia del sector y por tener una interlocución dándole la importancia que tiene, ya que la del libro es la principal industria cultural en España.

En Lektu no os encontráis solos en el desierto, sino que a nivel internacional hay muchas empresas que están apostando por esa misma filosofía.
¿Qué le parecen propuestas como la de Lektu, que se presenta con la bandera del contenido digital sin DRM?

Pienso que debéis seguir adelante con esa bandera. Parece absurdo perseguir la piratería con esas barreras que muchas veces lo que están haciendo es tirar piedras contra nuestro propio tejado. Se ha visto con los videojuegos, por ejemplo, e incluso dentro de nuestra propia industria son muchas las voces, no todas, que están apostando por ir a una mayor libertad y no poner barreras porque son más contraproducentes y penalizantes que otra cosa. En mi posición he de respetar otras opiniones, que las hay. Pero en esa línea no os encontráis solos en el desierto, sino que a nivel internacional hay muchas empresas que están apostando por esa misma filosofía.  


Lali Rico