Conectando a creadores, comercializadores y usuarios
José Manuel Anta lleva casi 20 años dirigiendo la Federación de Asociaciones Nacionales de Distribuidores de Ediciones (FANDE). Desde su sede ha afrontado de forma entusiasta todos los retos que la revolución digital ha traído al sector y ha sido una pieza clave en iniciativas como la organización del Encuentro Internacional de Distribuidores Digitales o la creación de IPDA, la Asociación Internacional de Distribuidores.
En Lektu, integrada en FANDE a través de UDNE, hemos charlado largo y tendido sobre los temas fundamentales sobre los que se está trabajando activamente dentro de las asociaciones, como la transformación en la distribución de contenidos, la narrativa transmedia, las audiencias, el DRM, la impresión bajo demanda, los micropagos o los metadatos.
¿Qué es FANDE y cuál es el papel que representa en el mundo de los contenidos digitales?
FANDE es una federación que agrupa a tres asociaciones. Por debajo de esas tres asociaciones hay cerca de 200 empresas españolas dedicadas a la distribución de productos editoriales, fundamentalmente libros, periódicos, revistas y coleccionables, tanto en formato impreso (que es el origen de la Federación) como digital desde hace 6 años. En aquel momento llamaron a nuestra puerta empresas de un perfil de distribución digital y entendimos que era el sitio donde tenían que estar representadas, en una federación que mantiene relación con las asociaciones de libreros, editores de libros, de revistas, de diarios.
También, además de FANDE, desde finales de 2015, en esta oficina reside la Asociación Internacional de Distribuidores.
FANDE está integrada por ADILE, UDNE (Lektu es parte de UDNE) y A.N.D.P. ¿Es complicado dirigir una Federación de Asociaciones? ¿Las tres tienen el mismo peso?
No es que unas tengan más peso, sino que a ellas pertenecen tipologías de empresas distintas. Lo que las diferencia es la tipología. Son todas nacionales, estatales. UDNE agrupa a distribuidores de carácter nacional o internacional, por eso tiene sentido que todas las digitales hayan entrado en UDNE, porque no hay una frontera regional o local. Y las otras dos asociaciones sí que tienen ese criterio de carácter zonal o regional. Lo que las diferencia es que A.N.D.P. agrupa a distribuidores locales o regionales de publicaciones periódicas (revistas, periódicos…) y ADILE de libros, pero todas las digitales están en UDNE.
¿Cómo fue el proceso de integración de las primeras distribuidoras digitales en UDNE? ¿Hubo que cambiar muchas cosas?
Tenemos una dinámica por grupos de trabajo. Independientemente de las asociaciones, hay unos grupos de trabajo en los que confluyen empresas de distintas asociaciones y toda la estructura de asociaciones reside aquí, con lo cual es fácil coordinarlos. En el caso de las digitales lo que sí es cierto es que ha sido un grupo muy heterogéneo. Proceden de distintos ámbitos, aunque tienen el perfil digital. En ese sentido las primeras que llegaron tenían más que ver con el perfil de impresión bajo demanda, que es una mezcla híbrida de digital porque se parte de ficheros digitales pero también para producir libro impreso. Otras empresas vienen de proyectos creados directamente por editoriales, otras son proyectos de empresas tecnológicas, otras de distribuidoras tradicionales que han creado su división de carácter digital, otras que tienen un perfil más de tienda digital, en fin, hay distintas tipologías.
¿Se acercan siempre ellas o vosotros también contactáis con estas empresas?
Hemos tenido los dos casos. El inicio fue esa llamada a la puerta por su parte. Pero cuando ha ido creciendo ese colectivo, también hemos hecho campaña de promoción. Hemos censado las principales que hay en España y yo creo que ahora mismo prácticamente están todas. Tenemos como 16 o 17 dentro de ese grupo de distribuidoras digitales y llama la atención. Cuando lo comentamos a nuestros colegas extranjeros llama la atención que haya muchas empresas de ese perfil en la asociación.
¿Cómo surgió y qué es IPDA?
IPDA surge por un planteamiento de colegas internacionales con los que tenemos contacto en distintos ámbitos. Tanto en libro impreso como en publicaciones periódicas como en el digital, durante los últimos años hemos ido desarrollando iniciativas de contacto con empresas extranjeras. Lo propusieron algunos colegas, ya que existe asociación internacional de editores, asociación internacional de libreros, pero no existe una asociación internacional de distribuidores. Les gustaba esa estructura que tenemos en FANDE que agrupa a todos los productos editoriales y digamos que nos plantearon el reto: ¿por qué no dais el salto a ser vosotros los organizadores o coordinadores de esa asociación? Y asumimos el reto a finales del pasado año. Lo estudiamos internamente dentro de las juntas directivas y se decidió arrancar.
Ahora mismo tenemos unos 15 asociados y el foco está puesto en el ámbito digital. De momento es más europea, aunque hemos incorporado una distribuidora muy importante no sólo en Estados Unidos sino a nivel internacional que es OverDrive. También se ha incorporado De Marque que es canadiense, aunque está en medio mundo. Y se ha incorporado una latinoamericana que es Hipertexto-Netizen. Son colombianos y tienen también sede en México. El resto son europeas.
Ahora mismo tenemos unos 15 asociados y el foco está puesto en el ámbito digital. De momento es más europea, aunque hemos incorporado una distribuidora muy importante no sólo en Estados Unidos sino a nivel internacional que es OverDrive. También se ha incorporado De Marque que es canadiense, aunque está en medio mundo. Y se ha incorporado una latinoamericana que es Hipertexto-Netizen. Son colombianos y tienen también sede en México. El resto son europeas.
Como novedad, se ha incorporado Tolino que es una gran distribuidora alemana con tienda, y que en el caso de Alemania está compitiendo de tú a tú con Amazon en la venta del libro digital. Ya tenían información nuestra y han decidido incorporarse. Hoy precisamente enviaremos la nota oficial de la incorporación.
IPDA organiza el Encuentro Internacional de Distribuidores Digitales (International Digital Distributors Meeting). ¿En qué consiste este Encuentro?
Es una iniciativa que parte de la asociación. Siempre contamos con la aprobación de la junta. Presentamos el proyecto y la junta lo aprueba. Luego hemos implicado a un ente muy importante como es la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, que nos presta gratuitamente soporte y sus instalaciones, ahora en el Matadero, que son estupendas. Con ellos tenemos una relación muy buena, estamos haciendo en conjunto varios proyectos y el más importante es éste. Arrancamos con este encuentro internacional hace ya tres años, y fue tan bien que la Fundación, a partir de ese momento, decidió crear algo más amplio y durante toda una semana hay actividades relacionadas con la innovación en la lectura, el libro, el digital. Uno de los momentos importantes es nuestro encuentro que siempre es miércoles y jueves. Pero durante toda la semana hay actividades relacionadas con bibliotecas en digital, lectura, start-ups, etc. Desde el año pasado las jornadas se llaman Readmagine. Y dentro de Readmagine se enmarca nuestro encuentro.
El primer encuentro se realizó en 2014 y ya vamos por el tercero. La Asociación Internacional la hemos creado a finales de 2015. Ya en el congreso anterior se habló de la necesidad de avanzar y dar el salto a un órgano más formal. Por eso ha sido un proceso natural la incorporación de distribuidores digitales.
¿Nos puede hacer un balance del último congreso?
“IPDA ya está preparando el 4º Encuentro Internacional de Distribuidores Digitales de 2017”
Muy positivo. Los dos primeros tuvieron un alcance europeo, pero ya en el tercero le hemos dado esa vertiente internacional y será un formato que repetiremos en el futuro porque ya hay incluso fecha para el de 2017. Es durante la primera semana de junio, el miércoles y el jueves, coincidiendo con la Feria del Libro de Madrid. Siempre damos cabida a industrias o sectores muy cercanos al mundo del libro que tienen que ver con la cultura y el ocio, que o bien ya han afrontado o están en proceso de transformación por el digital. Nos interesa lo que podamos aprender de ellos y hacer comparaciones. Este año el sector invitado fue el mundo de los videojuegos. En ese sector lo del digital lo tienen más que trabajado y vivieron una transformación muy importante hace ya 7 u 8 años, así que sus experiencias nos resultaron muy interesantes.Y no sólo tuvo interés la parte de los videojuegos, sino que otra de las mesas de trabajo que destacó fue la que tiene que ver con la distribución del transmedia. Cada vez son más porosas las fronteras entre lo que es un libro, una obra de video, un videojuego, un audio, cine... Son industrias que se relacionan, se contaminan entre sí, y cada vez estamos viendo más tránsito de proyectos y de colaboraciones entre ellas. En ese sentido nos trajimos a una gente de Finlandia que son de la empresa Rovio, los desarrolladores de Angry Birds. Ellos han creado desde hace un par de años un brazo editorial. Es otro modelo: el que surge de los videojuegos y empieza a crear desarrollos que tienen que ver más con la industria editorial. Esa parte transmedia nos interesaba mucho.
Al ser un encuentro internacional son en inglés. No hay traducción simultánea. La asociación es internacional, así que tiene sentido que sean en inglés, aunque se co-organizó con FANDE y con la Fundación Germán Sánchez Ruipérez.
También montamos una mesa redonda sobre distribución digital en Latinoamérica, que por cercanía con España fue una experiencia muy interesante. Vinieron de México, de Colombia, de Argentina. Nos trajimos a gente de Bajalibros, de Orbile, de Hipertexto, de Educal.
Y una tercera mesa redonda fue de cómo son los lectores digitales y dónde están. Todo lo que tiene que ver con tendencias, hábitos, audiencias. Fue muy enriquecedora y de allí salieron conclusiones valiosas.
El encuentro lo desdoblamos en dos jornadas. El miércoles por la tarde es una reunión privada con distribuidores digitales y mesas más específicas de nuestro sector para hablar de temas como las audiencias, sobre DRM sí o no, sobre temas de formatos y la abierta al público es el jueves.
Y una tercera mesa redonda fue de cómo son los lectores digitales y dónde están. Todo lo que tiene que ver con tendencias, hábitos, audiencias. Fue muy enriquecedora y de allí salieron conclusiones valiosas.
El encuentro lo desdoblamos en dos jornadas. El miércoles por la tarde es una reunión privada con distribuidores digitales y mesas más específicas de nuestro sector para hablar de temas como las audiencias, sobre DRM sí o no, sobre temas de formatos y la abierta al público es el jueves.
¿Se está preparando ya el del próximo año? ¿Nos puede adelantar en qué se va a centrar?
Ya hay en cartera algunos temas aunque todavía no están cerrados. A mí personalmente me gusta detectar tendencias a nivel internacional como por ejemplo los audiolibros. También todo lo relacionado con el libro infantil y juvenil tanto en digital como en impresión bajo demanda. Todo el tema de la realidad virtual. Y como mercado, ya que el año pasado se tocó Latinoamérica, seguro que haremos algún monográfico sobre alguna otra área geográfica, llámese Asia, Oriente Medio, trayéndonos experiencias de distribución en esos países.
Hace muchos años que es el director de FANDE, ¿qué cosas han cambiado?, ¿qué cambios destacaría dentro de la Federación? ¿Con qué retos se ha encontrado desde el punto de vista digital?
Yo ahí diferenciaría dos cuestiones que tienen que ver con el digital y que han influido en la actividad de la distribución. Una es la venta de contenidos digitales per se, que implica una serie de cambios en los canales de comercialización: la desintermediación, la relación con el editor o generador de contenidos que puede ser un editor o un autor. Toda esa desintermediación crea cambios muy importantes.
Y por otra parte está cómo el digital o cómo la tecnología ha influido a la hora de la distribución del libro o las revistas como producto físico. En los últimos años hemos visto proyectos y cambios muy importantes. Desde cómo se venden los libros impresos (llegada del ecommerce, Amazon), cómo se están adaptando las librerías, lo que implica esto en retos logísticos, el poder atender la demanda y poder ofrecer el libro y entregarlo en un plazo de tiempo muy corto y poder ofertar los cientos de miles de títulos que existen a qué implica eso en cuanto a almacenaje, transporte, distribución, si tienen que estar físicamente los libros o lo que tienes es un fichero e imprimes desde 1 ejemplar y todo lo que tiene que ver con la impresión bajo demanda. A todos estos temas les estamos dando cobertura desde la asociación, apoyando a empresas. Todo lo que tiene que ver (y esto implica libro físico y digital) con los metadatos. Es fundamental tener los libros identificados, tener portadas digitales, sinopsis, títulos, ISBN.
Yo veo el vaso medio lleno. Se han hecho avances muy importantes en colaboración con editores y libreros, aunque quede mucho por hacer. Se ha hecho desarrollo de protocolos para cadena de suministro de libros, digamos estándares mínimos de actividad y se ha avanzado mucho.
En el Liber, desde FANDE vamos a hacer unas mesas redondas sobre la tecnología aplicada a la venta de libros. Una de las mesas redondas es sobre el protocolo de comunicación de novedades por parte del editor. Llevamos con un protocolo de comunicación de novedades acordado por el sector desde hace 4 ó 5 años y vamos a poner encima de la mesa cómo ha funcionado, qué errores hay, si los campos se rellenan todos, si los metadatos se dan en plazo o no. Lo haremos con información que nos van a facilitar las propias librerías.
Respecto a los contenidos digitales, ¿se está trabajando desde la Federación para obtener estadísticas que se acerquen a la realidad?
Cuando montamos el grupo de trabajo de distribuidoras digitales españolas, uno de los temas que salió fue el ver si era posible contar con unos datos oficiales. Contamos con los datos que provee cada año la Federación de Gremios de Editores a través de su estudio. Son datos que provee el sector (hablamos de digital). Nosotros lo que hicimos en su momento fue un modelo de encuesta muy simple que le pasamos al grupo de las distribuidoras digitales y se obtuvieron unos datos, pero no son demasiado consistentes en la medida en que falta información de Amazon y de otros operadores que no dan información. Y por ese lado es complicado hacer una estadística.
Junto a la Federación de Gremios de Editores, lo que hemos conseguido este último año es tratar de que las preguntas que se realizan a los editores pasen por el control del grupo de distribuidores digitales. Se trata de poder introducir preguntas o matices a esas preguntas que sirvan al distribuidor digital para contar con esa información. Y pasamos a todas las empresas el cuestionario para ver qué cosas quieren matizar. Por otro lado estamos también colaborando con el Global Ebook Report que hace una consultora alemana. Hacemos llegar el cuestionario a las distribuidoras digitales españolas para que esa información oficial internacional cuente también con los datos españoles. Si bien esa información del Global Ebook Report es más de tendencias que de datos numéricos. Es muy difícil acceder a datos de algunas empresas. Lo que se aportan son más tendencias que una estadística rigurosa de crecimiento.
¿Está salvando Latinoamérica la industria editorial española?
En los años más duros de la crisis Latinoamérica ha sido uno de los salvavidas. Lo podemos visualizar con un ejemplo muy claro como es el de Santillana, donde ya un volumen superior al 60% de su facturación proviene de América Latina y no de España que era su mercado original. Esto, a distinta escala, ha sido claro en las distintas tipologías de empresa.
Parece ser que aquí, en España, se ha tocado fondo y, sin embargo, en Latinoamérica, países como Brasil, que era importante en el sector, están en una situación compleja. México ha desacelerado un poquito y aunque la crisis no es tan grave como la que se ha sufrido en España, hay una cierta desaceleración en los últimos dos años. Aún así, efectivamente, ha sido una de las líneas de actividad que ha permitido a las distintas tipologías de empresa tener un cierto salvavidas. Hablo siempre de editoriales y distribuidoras. Por desgracia, las librerías no han podido incorporarse a esa ola y son posiblemente las que más estén sufriendo en España. Este es uno de los temas preocupantes que todo el sector está intentando resolver, no sólo en España, sino internacionalmente: ver cuál es el papel de la librería en el futuro, con qué medidas se la puede apoyar, el tema de los contenidos digitales y el Ecommerce.
Parece ser que aquí, en España, se ha tocado fondo y, sin embargo, en Latinoamérica, países como Brasil, que era importante en el sector, están en una situación compleja. México ha desacelerado un poquito y aunque la crisis no es tan grave como la que se ha sufrido en España, hay una cierta desaceleración en los últimos dos años. Aún así, efectivamente, ha sido una de las líneas de actividad que ha permitido a las distintas tipologías de empresa tener un cierto salvavidas. Hablo siempre de editoriales y distribuidoras. Por desgracia, las librerías no han podido incorporarse a esa ola y son posiblemente las que más estén sufriendo en España. Este es uno de los temas preocupantes que todo el sector está intentando resolver, no sólo en España, sino internacionalmente: ver cuál es el papel de la librería en el futuro, con qué medidas se la puede apoyar, el tema de los contenidos digitales y el Ecommerce.
Entiendo que las retenciones en las aduanas han sido un problema para exportar a Latinoamérica.
Poder exportar a Argentina ha sido muy complicado durante algunos años. El gran mercado ha sido México y Colombia. También Brasil.
Nos gustaría conocer su opinión personal respecto a nuevas formas de comercialización del contenido digital como BLENDLE en el periodismo o la venta de libros por capítulos.
Me parece interesantísimo. A BLENDLE les invitamos en el congreso del año anterior. Este año el sector invitado fueron videojuegos y el anterior la prensa. BLENDLE fue nuestro invitado cuando nos centramos en prensa. Y su primera presentación en España fue en el Encuentro Internacional de Distribuidores Digitales. Nos parece que tiene todo el sentido el poder comprar artículos sueltos a través de micropagos. BLENDLE, cuando hicieron la presentación en España, estaban solamente operativos en Holanda con diarios holandeses, y aunque a día de hoy siguen siendo una start-up, ahora están en Alemania y en Estados Unidos. Han ido creciendo y lo interesante es eliminar la idea de que la gente joven no lee prensa. Su target es gente de menos de 35 años que lee prensa en dispositivos móviles, que comparte las noticias, que opina sobre ellas y que va muy en esa línea.
En el mundo del libro y para ciertos segmentos también tiene sentido, sobre todo en libro científico y técnico.
Y otro tema objeto de debate es hacia dónde van las plataformas de suscripción, no tanto de micropagos sino de tarifas planas. En periódicos, en España está Orbyt y Kiosko y más, y en libros 24symbols, Nubico. A nivel internacional surgieron por ejemplo Oyster o Bookmate. Ese modelo de suscripción y de acceder a contenido a un precio de tarifa plana, ¿qué futuro tiene?
Según los estudios de hábitos de compra que suelen realizar, ¿tenemos un retrato robot del comprador de cultura digital en España a día de hoy?
Tenemos uno muy bueno que nos aportó una de las ponencias de hábitos y tendencias. Vino una persona de GlobalWebIndex, empresa con sede en Londres que hace un Panel muy completo sobre consumo digital, tanto de utilización de dispositivos, acceso a redes sociales o hábitos de compra. Ofrecen datos de 28 países, y se puede consultar en la web de IPDA.
Al ser la cultura un bien intangible y existir opiniones abiertamente contradictorias sobre lo que es empresa y lo que no, es decir, lo que debería ser irremediablemente rentable en términos económicos o lo que aporta valores sociales de otro tipo, ¿cómo se conjuga la eterna crisis editorial con las nuevas tecnologías? ¿Existe una revolución de la DISTRIBUCIÓN?
“Al fin y al cabo el escritor sigue escribiendo y generando. La forma de hacer llegar su obra es lo que ha cambiado”
Precisamente el tema digital está influyendo de forma fundamental en cómo las personas, los lectores, los ciudadanos accedemos a una serie de bienes, entre ellos los bienes culturales, dónde nos informamos de la existencia de esos bienes y cómo accedemos a ellos, las formas de compra. Más allá de la propia producción de esos bienes, que aunque ha sufrido cambios, al fin y al cabo el escritor sigue escribiendo y generando. La forma de hacer llegar su obra es lo que ha cambiado. Puede hacerlo llegar no sólo a su ámbito más cercano, sino de forma global. Evidentemente es una revolución tremenda. No solamente para nuestro sector.
Yo soy de los que piensa que el papel seguirá teniendo futuro. Pero en muchos casos hay personas que dicen: "Como el papel va a seguir teniendo futuro, ¿para qué voy a tener que cambiar?"
Pero es que para poder distribuir papel también están cambiando las cosas. Y hablamos de impresión bajo demanda, de metadatos, de la logística, de que el público te está obligando a que no pueden esperar una semana a tener un libro, a que lo quieren rápido y que quieren acceder a toda la oferta de libros, y ya decidirán ellos si los quieren en digital, en papel, por capítulos o de qué manera. Son cambios que nos arrastran y no puedes dormirte en los laureles.
Pero es que para poder distribuir papel también están cambiando las cosas. Y hablamos de impresión bajo demanda, de metadatos, de la logística, de que el público te está obligando a que no pueden esperar una semana a tener un libro, a que lo quieren rápido y que quieren acceder a toda la oferta de libros, y ya decidirán ellos si los quieren en digital, en papel, por capítulos o de qué manera. Son cambios que nos arrastran y no puedes dormirte en los laureles.
Hay muchas empresas que están avanzando en todo esto: un ejemplo claro es Ingram, la mayor distribuidora de libros y de contenidos editoriales a nivel mundial, que hasta cambió su nombre y su concepto cuando empezaron con esto. Pasó de considerarse un grupo distribuidor a llamarse Ingram Content Group. Aparece la palabra "Contenidos". Ya no se trata de coger el libro de un almacén y que una furgoneta lo lleve a la librería. Ahora manejamos contenido que nos llega desde los creadores y lo hacemos llegar al posible comprador por las distintas vías y en los distintos formatos. Es muy importante esa labor, la que haga ese intermediario, ese conector entre el creador y el consumidor. Por eso cuando me dicen que está en peligro el sector de la distribución, yo digo: "¡Claro, tal y como la conocíamos sí, pero el papel del distribuidor es muy importante!". También tendrá que haber cierta especialización. Las distribuidoras estarán especializadas en contenidos diferentes.
Si sólo el 4% de los libros vendidos en España lo hace en formato electrónico, ¿por qué invertir en el sector?
El tema de la digitalización en el caso de las editoriales debería estar dentro de su principio editorial, no sólo para vender el contenido digital sino para venderlo de cualquier manera. La editorial tiene que ser consciente de que el resultado será un fichero que se venderá por distintos canales. Hay un trabajo importante que realizar para recuperar todos los fondos históricos editoriales que están sin digitalizar.
Nos encontramos también con otro escollo: la penalización fiscal por la diferencia de IVA, la política de precios. Parece más o menos evidente que los precios del contenido digital deberían ser más bajos y los márgenes se estrechan mucho. Yo no digo que tengan que ser un 30% más baratos como se habló hace unos años, pero sí un poco más barato. Yo pongo el ejemplo de las listas de las aplicaciones más vendidas de Android o de Apple. Siempre están entre el top 10 las de 0,99 o 1,99, pero siempre hay alguna de 20 euros. No la van a comprar millones de personas, pero es una aplicación tan específica y tan valiosa para ciertos colectivos que tiene sentido invertir 20, 30 o 40 euros. Pues aquí lo mismo. Pero es una decisión de los editores.
Nos encontramos también con otro escollo: la penalización fiscal por la diferencia de IVA, la política de precios. Parece más o menos evidente que los precios del contenido digital deberían ser más bajos y los márgenes se estrechan mucho. Yo no digo que tengan que ser un 30% más baratos como se habló hace unos años, pero sí un poco más barato. Yo pongo el ejemplo de las listas de las aplicaciones más vendidas de Android o de Apple. Siempre están entre el top 10 las de 0,99 o 1,99, pero siempre hay alguna de 20 euros. No la van a comprar millones de personas, pero es una aplicación tan específica y tan valiosa para ciertos colectivos que tiene sentido invertir 20, 30 o 40 euros. Pues aquí lo mismo. Pero es una decisión de los editores.
¿Acabará Amazon fagocitando el sector?
Yo diferenciaría la parte digital de la parte de libro impreso. En la parte digital yo diría que ya lo ha fagocitado. Amazon es, de calle, el mayor vendedor de libro digital, menos en Alemania que está compitiendo de tú a tú con Tolino. En algunos trimestres incluso han superado a Amazon. ¿Por qué? Pues porque en el caso de Alemania se ha juntado una empresa muy potente con apoyo de la compañía telefónica alemana más las principales cadenas de librerías alemanas, con su propia línea de dispositivos de lectura. Yo lo asimilo al Tagus de la Casa del Libro. Y en Alemania se ha fomentado mucho la compra local, ya que se creó un ambiente muy negativo respecto a Amazon al salir varios reportajes en televisión sobre las condiciones laborales en los almacenes. La opinión pública también tuvo en cuenta el tema de la liquidación de impuestos, que se iba fuera de Alemania y, aunque está claro que en Amazon la forma de funcionar es muy buena, la facilidad de la compra es tremenda y la recomendación es imbatible, pues allí pesaron otra serie de conceptos y a igualdad de precios (en Alemania también hay precio fijo) algunos prefieren comprar en una empresa alemana. Y, aun así, están igualados.
Respecto al libro impreso te puedo decir que en mayo estuve en Estados Unidos en la Asociación de Libreros Americana y respecto a Amazon hay datos diversos. Parece que Amazon tiene el 40% del canal de venta de libro impreso y los libreros independientes no son más del 10%. Lo demás está repartido entre cadenas, venta directa del editor e hipermercados. Pero Amazon es el más importante, sin hablar de tiendas físicas. En España o en Europa todavía no se llega a esos niveles, aquí debe estar en torno al 10% del mercado en tan sólo 5 años desde su implantación. Amazon no puede competir en precio por el precio fijo en Europa, sin embargo compite por puro buen servicio: 24 horas, stock, recomendación. Esto es un reto para las librerías y estamos trabajando con los libreros para tener herramientas que les ayuden.
Me ha servido mucho escuchar a diferentes personas en encuentros internacionales. En la piratería, como en otros temas, no es solamente una política del palo o de la zanahoria. Hay que cumplir las bases legales, no se puede ir contra la legalidad y los derechos de autor: ahí hay que establecer las sanciones correspondientes. Pero aparte de la estrategia de la zanahoria, no debemos echar siempre la culpa al contrario. No se puede decir siempre: “la culpa es de la piratería”. Tendremos que tener todos los contenidos, tenerlos a precios razonables, tendremos que facilitar el acceso, tendremos que abrir o confiar en los compradores que están dispuestos a comprar con una experiencia buena de compra y que al final acceden al contenido pirata porque no hay condiciones favorables.
El que no está dispuesto a pagar nada es otro caso. Da igual los límites que le pongas, lo va a hacer siempre. Pero no es ese el colectivo en el que tenemos que centrarnos. Y cada vez es más grande el colectivo que está dispuesto a pagar un precio. Así que es el reto que hay que afrontar, calcular un precio aceptable pero que no te canibalice tus beneficios. ¿Cuál es el precio adecuado? Este tema me preocupa mucho.
El que no está dispuesto a pagar nada es otro caso. Da igual los límites que le pongas, lo va a hacer siempre. Pero no es ese el colectivo en el que tenemos que centrarnos. Y cada vez es más grande el colectivo que está dispuesto a pagar un precio. Así que es el reto que hay que afrontar, calcular un precio aceptable pero que no te canibalice tus beneficios. ¿Cuál es el precio adecuado? Este tema me preocupa mucho.
¿Existen sinergias con otros países en el sector? ¿Hay posibilidades reales de colaboración de empresas españolas con empresas extranjeras?
Una de las líneas de la filosofía de la Asociación es la de explorar y explotar las posibilidades comerciales. En este sentido, uno de los primeros mercados que surgió fue Brasil. Lo primero que hicimos fue censar empresas de distribución digital brasileñas y españolas y ponerlas en común para ver qué oportunidades había ahí. Ahora lo tenemos más fácil, en la medida que hay un colectivo que es el IPDA al que invitamos a que cualquier cosa que quiera comunicar no solamente a las empresas españolas, sino a todas, lo pueda hacer a través de nosotros y viceversa. Si Lektu necesita contactos de empresas que están en IPDA puede acceder a ellas. Si quiere presentar un producto o un servicio puede hacerlo. De hecho, vuestro modelo de negocio es innovador y en una mesa redonda del año pasado sobre distintos modelos de negocio Lektu tuvo un papel importante.
Lektu no es exactamente una distribuidora y está en la asociación.
En la cadena del libro físico tradicional está el editor, el distribuidor (que es el eslabón intermedio) y el canal minorista.
En el mundo digital están por un lado los creadores de contenido y por otro lado los comercializadores. Los creadores son autores, editores, etc. Y luego está la parte comercializadora que también es muy amplia, donde te cabe Amazon, etc. La única distribuidora digital que funciona como el canal tradicional es Libranda. Los demás son híbridos que tienen tienda, por ejemplo. Se va más al nuevo tipo de modelo. Tolino se conoce más por su parte de tienda online y se abastecerá seguro de otros distribuidores aparte de su propia plataforma.
¿Ve usted “fuerte” al sector digital español?
“El sector digital español se está fortaleciendo.”
El sector se está fortaleciendo. Creo que hay tendencias que van más allá de ese 4 o 5%. Hay ventas que no pasan por las estadísticas, como la autoedición, que es otro tema de futuro. Yo veo oportunidades claras. Y en la parte del libro impreso, la impresión bajo demanda va a cobrar cada vez más importancia.
¿Sigue vigente el Laboratorio del Libro?
Hicimos un texto que se llamaba la gran transformación de 2010-15. Al estar en 2016 nos hemos planteado hacer una edición corregida y aumentada y estamos en ello. Esto lo hacemos un grupo de profesionales de la edición. Le hemos dado una parte legal como asociación de personas individuales. El origen fue el crear una especie de centro de debate sobre intercambio de ideas de futuro. Se está trabajando en actualizar ese texto. Y otra de las líneas que queríamos abrir es una especie de Think tank. Crear, con personas destacadas del sector, una especie de charlas con 4 o 5 personas. Charlar, y lo que salga de esa charla pasarlo negro sobre blanco y poderlo publicar de alguna forma: texto, video y demás.
El volumen de mercado de la prensa ha bajado alrededor de un 40 por ciento en 10 años. En 20 años se ha pasado de 32.000 a 23.000 kioskos de prensa en España. ¿Está funcionando la estrategia de incorporar otros puntos de venta como gasolineras o supermercados donde su negocio principal no es la prensa?
El sector de las revistas impresas y los diarios sí se ha visto afectado totalmente por la revolución digital. Los que están triunfando son compañías nuevas que surgen. Hoy, The Guardian despide a muchísimas personas en la delegación de Estados Unidos, aunque es uno de los que está apostando por el nuevo modelo. Si aún así tiene que despedir a un cuarto de la plantilla, la cuestión es cómo se adaptan estos grandes monstruos editoriales al nuevo modelo. No les queda más remedio que reducir estructuras.
Los que crecen un poco son los que surgen de cero, digitales puros, con estructuras pequeñas. Esto respecto a lo que tiene que ver con el digital.
Y respecto a la prensa impresa, la caída de la venta es muy importante. Además en un kiosko tradicional hay 700 títulos expuestos y en los otros puntos de venta suele haber unos 40 títulos. Se plantea un gran problema respecto a la diversidad editorial. En Estados Unidos prácticamente se ha concentrado en los grandes supermercados. Y los editores tienen problemas para exponer sus títulos. Un supermercado te limita la exposición de títulos. Es un gran problema de difícil solución. Mira, la revista Hola ha llegado a un acuerdo con las cadenas de supermercados DIA en la Comunidad de Madrid, con gran cabreo de los kiosqueros. El único guiño es que esa revista sale los miércoles y en estos supermercados estará los jueves.
¿Supuso algún problema la supresión de la Dirección General del Libro? ¿Se ha complicado recibir ayudas para seguir desarrollando proyectos que apoyen al sector?
Más que por el tema de fondos o de ayudas, por la importancia del sector y por tener una interlocución dándole la importancia que tiene, ya que la del libro es la principal industria cultural en España.
“En Lektu no os encontráis solos en el desierto, sino que a nivel internacional hay muchas empresas que están apostando por esa misma filosofía.”
¿Qué le parecen propuestas como la de Lektu, que se presenta con la bandera del contenido digital sin DRM?
Pienso que debéis seguir adelante con esa bandera. Parece absurdo perseguir la piratería con esas barreras que muchas veces lo que están haciendo es tirar piedras contra nuestro propio tejado. Se ha visto con los videojuegos, por ejemplo, e incluso dentro de nuestra propia industria son muchas las voces, no todas, que están apostando por ir a una mayor libertad y no poner barreras porque son más contraproducentes y penalizantes que otra cosa. En mi posición he de respetar otras opiniones, que las hay. Pero en esa línea no os encontráis solos en el desierto, sino que a nivel internacional hay muchas empresas que están apostando por esa misma filosofía.
Lali Rico